En medio de un escenario crítico, Saín llega hoy a Rafaela 

El ministro de Seguridad de la Provincia, Marcelo Saín, llegará en la mañana de hoy a Rafaela, en una de las escasas salidas que realiza al interior de la provincia. Si bien no trascendió ninguna información oficial al respecto, y no se concretaron adelantos a la prensa, se supo que el Funcionario tendría previsto participar de una reunión del Comando Unificado -que se reúne todos los miércoles-, con el fin de interiorizarse sobre la coordinación entre las distintas fuerzas que participan en la cobertura de seguridad de la ciudad. El hermetismo sobre la visita no permite más que tejer algunas especulaciones, las que ayer dejaron paso también a la versión de que el propio gobernador Omar Perotti estaría desarrollando parte de su agenda del miércoles en Rafaela.  

La llegada de Saín se produce en momentos especialmente críticos para la policía local. Tres exjefes de la Regional V, junto a otro oficial superior, que desarrollaron sus mandos entre 2016 y 2019, están purgando una prisión preventiva en el marco de una investigación sobre juego clandestino en la que el propio Saín intervino según su estilo, con posteos en Twitter. Primero, agitando fantasmas sobre una supuesta inacción del MPA en las investigaciones (tras los primeros allanamientos a la banda de David Perona, que habían sido ordenados por la justicia rosarina) y más recientemente, cuando se preguntó si "no está faltando uno", en supuesta alusión a Adrián Rodríguez, quien fue Jefe de la Regional V entre agosto de 2017 y octubre de 2018, durante los mandos que ejercieron José Pérez y Fabián Forni, y por ahora no está incluido en las imputaciones formuladas por el fiscal Martín Castellano. "Después se ofenden cuando hablo del pacto político-policial", había completado Saín.
Lo cierto es que en Rafaela las aguas distan mucho de estar calmas. Y los asientos principales de la Jefatura se han convertido en una verdadera silla eléctrica.  A los tres exjefes presos se suma el caso del citado Rodríguez, que por otra causa fue retirado en octubre de 2018 de su cargo también en condición de detenido, en otra investigación por su actuación anterior en la Regional I. Ya durante la actual gestión de Saín ya fueron eyectados dos jefes en diez meses. Primero, Hernán Ferrero, expulsado del cargo sin mayores explicaciones, a tal punto que se enteró de su relevo cuando se comunicó con la superioridad para un informe de rutina y le dijeron que su reemplazante ya estaba en camino. 

A Claudio Romano no le fue menor, luego de quedar involucrado en el escándalo surgido por las investigaciones en torno a los manejos de la División Logística, en los que quedó involucrado el exsubjefe Ariel Palomeque, así como otros oficiales. El hallazgo de elementos enviados por el Ministerio durante la gestión anterior y que estaban depositados sin ser distribuidos abrió sospechas y también provocó otra "purga" sin modales: en la "volteada" cayó Ofilio Rojas, quien había sido designado para reemplazar a Palomeque como número dos de la Regional y duró lo que un suspiro, castigado por la falta de husmear donde al parecer no debía hacerlo. 

Mientras tanto, la policía departamental sigue careciendo de lo principal que requiere su funcionamiento: recursos humanos capacitados y profesionales, bien remunerados, preparados y equipados para la prevención y la lucha contra el delito. Pero fundamentalmente le está faltando un Norte preciso, que incluya la confianza del personal en sus jefes -muy difícil de restaurar en un marco como el descripto anteriormente, justo es reconocerlo- y una línea clara del poder político que no puede ser comunicada por Twitter, sino en el contacto directo y en los vínculos institucionales que corresponden.