"Más chicos practiquen rugby, más chances habrá de tener Pumas"

Diego Oviedo - En Rafaela hay muchos amantes de los deportes, pero son muy pocas las personas que con tan solo su presencia te das cuenta que en sus venas corren pasión y amor por una disciplina que les marcó la vida. Uno de esos casos es el de Alberto Rocchi, "Tito" para la mayoría, o "Gordo" para Mayco Vivas, el personaje que nos lleva a mantener una charla de más de una hora con quien para muchos fue el principal sostén para que el "Puma" rafaelino esté escribiendo una página histórica para el deporte de la ciudad y del país, luego de la victoria del pasado sábado ante los All Blacks.

Tito respira rugby, no hay dudas. Fue jugador, entrenador y dirigente. Y repasar su historia es repasar la historia del rugby en Rafaela. "Yo hace muchos años que estoy...en realidad era rival del CRAR porque pertenecía a Independiente Aero Club a mediados de los 70. En Rafaela había dos grupos, que antes era uno, después se dividieron y después volvieron a uno y yo estuve un año o dos sin hacer nada porque nuestro club fue el que dejó de jugar. A los dos años me volví a sumar...vivía cerca del balneario y me volví a enganchar otra vez. En esa época no había Inferiores, empezó haber una Primera, una Quinta y después se fueron sumando", cuenta nuestro entrevistado al momento de recordar sus inicios, una cuestión necesaria para entender el por qué de este presente.

"Pasaron los años y empiezan a aparecer los chicos, en realidad el rugby empieza a cambiar, nunca fuimos holgados de gente pero entramos a sumar más jugadores. Después tuvimos la posibilidad de ascender y yo integré el plantel de entrenadores de ese equipo, pero hubo toda una etapa previa donde hubo muchos juveniles, y yo siempre estuve involucrado en llevar jugadores al seleccionado santafesino, algo que veníamos haciendo hasta la llegada de la pandemia". Aquí empiezan a unirse los caminos de Rocchi y Vivas, aunque para eso faltarán algunos años.

"En aquella época no había quién los llevara a la Selección, tuvimos casos de buenos jugadores como Berra y Alejandro Chiavon, que si querían participar estaban obligados a ir y quedarse en Santa Fe. Entonces tuvimos la idea de empezar a llevarlos. En lo personal estoy llevando chicos desde hace un montón de tiempo. Mi hijo tiene 33 años y lo llevé cuando tenía 17, que es la edad de los seleccionados. Siempre participé, siempre llevamos chicos al seleccionado, un montón de camadas, siempre llevaba cuatro o cinco chicos", sigue contando Tito, quien recuerda con lujos muchos detalles, algo que solamente le ocurre a los apasionados.

- ¿Siempre te interesó el hecho de apoyar a los juveniles?
- Es mucha gente de laburo la que hay en el CRAR. Yo este deporte lo tomé por el compañerismo, para mí está el compañero por delante mío. Si escuchas hablar a Matera (capitán de Los Pumas), en el reportaje después del partido, el tipo dice "tengo un compañero a la izquierda, tengo un compañero a la derecha, sé lo que tengo que hacer sin siquiera mirar". Y ésto es algo que me nace a mí...hace mucho tiempo que lo hago, incluso cuando Mayco nació yo ya trabajaba con los chicos. En algún momento me costó porque no tenía plata, pero se buscaba la forma de llegar hasta Santa Fe, que es donde se entrena. A veces íbamos en autos particulares, otro año contratamos una trafic que la pagaba el club porque había muchos chicos seleccionados. Siempre he estado en esa función y lo tomé como algo del club.

-¿Y por qué te nace?
- Yo me siento identificado con mi papá. Él era tirador, fue Campeón Argentino de Tiro y siempre llevaba chicos. Tal es así que su tarea era promocionar el Tiro, que hoy no es furor pero antes sé. Mi papá iba, le metía...era parte de él, de esa forma de ser.

- Con Mayco el tema no fue tan fácil...
- El reniega un poco en el comienzo, pero lo cierto es que avanzó todos los días y su realidad es impresionante. En uno de los PlaDAR (Plan de Alto Rendimiento) de la UAR él no puede ir por un problema personal. Entonces yo le pregunto: "Si consigo meterte vos vas a ir?"; "Si, si...yo voy". Pasa la pretemporada y empiezan a jugar con Mayco fuera de escena. No estaba en ningún lado. Un día lo engancho a Guillermo Aguilera que era el entrenador y le digo: "tenemos un chico en Rafaela que no pudo venir porque tenía que estudiar y la familia no lo dejó ir, pero es potable". Me dice "Olvidate, los mejores ya están. Veremos el año que viene", entonces yo le respondo "En serio, el mejor no está pero no me lo preguntes a mí, preguntáselo a los jugadores de tu club y vas a ver qué te van a decir de Mayco".

Nos toca ir a jugar a Charoga, donde a Mayco lo hacíamos jugar de 8 porque el "gordo" no la pasaba. Llega Aguilera a Charoga y Mayco estaba jugando. Me busca y me pregunta "¿Está el chico este que vos me dijiste como para verlo?". Mayco había metido un tackle tremendo, y le digo que era ese. La respuesta fue: "Noo, pero ese tiene que estar, olvidate lo que te dije". Y así arrancó Mayco con los seleccionados provinciales.

- Y a partir de ahí no lo paró nadie...
- Hace toda la pretemporada, se afianza en el equipo, empieza a agarrar más juego y yo siempre cuento la historia de Tucumán. Ahí los dirigentes se juntan y cuentan cómo les fue a los chicos. "El medioscrum más o menos, el otro cumplió, tiene cosas interesantes, pero tenemos que ver algunas cuestiones...¿Y Mayco? No, Mayco va por otro lado. Ya está". Después de eso todo sucede muy rápido. Mayco entra con dos competencias en el lomo, dos mundiales juveniles y Jaguares y Pumas, todo en cuatro años.

- ¿Impensado o tenía pasta para llegar?
- Hablando con el diario del lunes, vi cosas como en otros chicos que participaron, pero en el caso de Mayco si ví algo más. Tenía algo distinto. No te sé decir qué, pero lo más importante es que sabía lo que tenía que hacer. El siempre respondía y tenía cosas del juego que eran interesantes, por ejemplo un tackle que para la edad era bastante importante. Aparte son las ganas de llegar. Él siguió estudiando, iba a la Escuela Técnica y terminaba cerca de la hora de entrenar. Nosotros en esa época empezamos a entrenar en la Escuela de la Plaza, y Mayco venía de la Técnica directo, se cambiaba y empezaba a entrenar. No faltaba a un entrenamiento, esa era su conducta.

- Esta claro que más allá de virtudes, hay todo un trabajo...
- A él siempre le dio. En aquel momento formamos una sociedad con gente de San Vicente, donde otros chicos compañeros de Mayco del seleccionado también jugaron el Argentino de ascenso en Tucumán. Nos turnábamos con ellos en el cruce de Angélica, yo iba hast…