Los menores de 30 años son los más afectados por el desempleo en pandemia

Según un informe de IDESA, “el grupo de jóvenes entre 16 y 29 años es el más afectado por la pandemia, con altas tasas de inactividad, desempleo y pobreza, afectando su bienestar en el corto plazo y también la trayectoria laboral a largo plazo”.
En nuestro país el mercado laboral es complejo y heterogéneo. Según datos del INDEC, la población económicamente activa representa aproximadamente el 45% del total, que se divide entre un 40% de ocupados y 11% desocupados. Al interior de los ocupados, el 70% son asalariados y, entre ellos, casi el 33% son informales. Por su parte, entre el casi 30% de ocupados no asalariados, casi el 90% son cuentapropistas, y menos del 9% se desempeñan como patrones. Estos porcentajes también esconden grandes diferencias por género, edad, y sector de la actividad. En comparación con el resto de la PEA, la tasa de desempleo entre los más jóvenes muestra una fuerte brecha con el resto de la población en actividad. Desde el año 2017 se viene dando un deterioro que se acrecentó en el 2020 con la cuarentena.
Cabe recordar que según la última medición del INDEC -cuarto trimestre de 2020- para el total de los aglomerados urbanos del país, la desocupación alcanzó el 11,0%. “Entre las mujeres, mientras que la tasa del grupo de 30 a 64 años es de 7,6%, la correspondiente al grupo de 14 a 29 años asciende a 26,0%, 3,4 veces la tasa de las adultas. En el caso de los varones jóvenes (14 a 29 años) la tasa alcanzó el 19,0%, representando 2,9 veces la tasa de mayores, que fue de 6,6%”.
Respecto a la inactividad, el porcentaje de los llamados ni-ni’s, quienes ni estudian ni trabajan, promediaba un 15%. En el segundo trimestre del año pasado esta tasa se disparó hasta un 22%, en parte por quienes desistieron de buscar trabajo por las condiciones adversas y, por otro lado, quienes no pudieron continuar sus estudios de manera virtual.
Sumado a esto, los jóvenes no suelen conseguir empleos de calidad y terminan insertándose en el sector informal (ya sea como asalariado no registrado o como cuentapropista no profesional), siendo uno de los ejemplos más visibles, la enorme cantidad de jóvenes que, con la pandemia y el boom de los deliverys, se han insertado en el mercado laboral bajo compañías multinacionales que tienen, como contraparte, un profundo esquema de flexibilización laboral. Comparándolos con el resto de las personas ocupadas, la brecha en la informalidad es de alrededor de 15 puntos porcentuales. Que haya caído la tasa de informalidad hacia el segundo trimestre del 2020 no significó que mejoraron las condiciones laborales, sino que, por el contrario, se perdieron muchos empleos del sector informal, quedando muchos jóvenes totalmente desocupados.

Qué ocurre en Rafaela

En nuestra ciudad, y según los últimos datos del Relevamiento Socioeconómico realizado en 2019 (previo a la pandemia) desde 2016 ya se registraba una caída en el nivel de empleo, siendo el año 2019 el segundo año consecutivo en el que se registraba una caída del empleo formal.
En 2019, casi el 20% de la PEA presentaba problemas de inserción laboral, en donde el 9% eran personas desocupadas que estaban buscando trabajo.
En cuanto al perfil de la población desocupada, el 70.2% son oriundos de nuestra ciudad; el 51.8% son personas menores a 30 años, en su mayoría, mujeres. El 59.7% tiene entre 18 y 23 años.
Desde el Estado local, y en el marco de la oficina de Empleo, se generan un gran número de capacitaciones para que los jóvenes tengan más herramientas para acceder al mercado laboral. Al respecto, el secretario de Producción, Empleo e Innovación de la Municipalidad, Diego Peiretti comentó que “el rol de la oficina de empleo es ser el nexo entre el mercado de trabajo y las demandas de las empresas, para que, en función de ellas, se puedan realizar las formaciones. La Oficina hoy está bien posicionada porque volvieron los programas, tanto nacionales como provinciales. Hoy la afluencia de jóvenes a la oficina es muchísima, dado que allí se concentran las convocatorias tanto de las empresas como de algunas consultoras. Además, allí se realiza un perfil de cada uno de los chicos que se acerca, por ello, una vez que se arman los cursos, se los convoca de manera personalizada para que puedan estar participando”.
Como se observa, la problemática del empleo en los jóvenes rafaelinos también es evidente. Sin embargo, la posibilidad de tenerlos registrados bajo una gran base de datos es un elemento clave para hacer la vinculación con las empresas. “Hoy sabemos que en Rafaela hay algunas cuestiones para acceder a un trabajo que ya están instaladas, como, por ejemplo, la necesidad de tener los estudios secundarios completos. Por eso, el Programa Seguila, para jóvenes que no habían terminado el secundario. Y otro tema es la experiencia laboral, por eso todos los programas de la Oficina de Empleo, apuntan a que los jóvenes puedan mostrar en su CV que han tenido experiencia laboral en al menos una empresa”, sostuvo Peiretti.
En cuanto a la pandemia, si bien para muchos jóvenes significó la expulsión incluso de la informalidad laboral, como el caso, por ejemplo, de cuidadoras de niños o personal de limpieza, para muchos jóvenes también significó la primera oportunidad de al menos tener un empleo eventual, dado que muchas empresas, debieron salir a suplir personal.
“Otro de los temas en nuestra ciudad es que los contactos personales siguen siendo un elemento fundamental a la hora de contratar a una persona. Por eso, también hay que trabajar en ampliar las redes de contacto de cada una de estas personas. En ese sentido, el programa Trayectorias, orientado a personas que se dedican a lavar autos en la via pública, es un ejemplo de esto”, indicó Peiretti.

Los desafíos

En términos generales, entre los distintos desafíos a superar se destacan la alta incidencia de la informalidad y la amplia gama de los problemas que esta tiene aparejada, que van desde menores salarios, falta de aportes jubilatorios y desprotección frente al despido, hasta cuestiones más indirectas como barreras a la inclusión financiera u otros servicios.
Se estima que aproximadamente entre el 30 y el 45% de los trabajadores/as son informales según el período y la definición que se tome, pero existen grandes variaciones entre poblaciones, dada la alta heterogeneidad de los jóvenes desocupados. Mientras que la informalidad de los jóvenes es casi el doble que la informalidad total, para las mujeres es 4 puntos porcentuales mayor a la de los varones, principalmente por su sobre representación en el trabajo de casas particulares, donde la informalidad es cercana al 75%.
Por tanto, resulta crucial mejorar las condiciones para que el mercado laboral absorba el desempleo joven dado que es una deuda pendiente en Rafaela y en todo el país, poniendo foco, principalmente en un segmento heterogéneo y en el que, hombres y mujeres todavía no tienen garantizado un acceso equitativo.
Fuentes: Informe IDESA, disponible en https://idesa.org/solo-un-tercio-de-los-jovenes-trabaja/; informe CIPPEC disponible en https://www.cippec.org/textual/dia-de-las-y-los-trabajadores-valorar-y-proteger-al-trabajo/; Relevamiento Socioeconomico de Rafaela, disponible en http://icedel.rafaela.gob.ar/archivos/BV-PDF/Powerpoint%20RSE%202019%20Final%2001.10.2019.pdf