Primer fallecido por covid-19 en Rafaela: el detrás de escena de la historia familiar

Días atrás, precisamente el 9 de abril, se cumplió un año del primer deceso por Covid-19 de Rafaela, tras el fallecimiento de Clemente Pérez, un vecino que se contagió en un viaje al sur del país, viaje que realizaron junto a su esposa y una pareja amiga, cuando el Coronavirus recién estaba asomando en el país, y luego de que les dijeran, en la agencia de viajes, que no se preocupen, que acá nada pasaba.

Estas dos parejas habían viajado a Ushuaia el día 13 de marzo, tras ir hasta la ciudad de Rosario, y de allí a Buenos Aires, donde tomaron un vuelo hacia el sur del país. Al día siguiente, 14 de marzo, llegaron a Ushuaia y se cerró todo, ya comenzaron a implementar cuidados, hacían excursiones solo en colectivo, salían poco del hotel, y realizaron una navegación, en la cual ya estaban los protocolos de cuidados implementados. Posteriormente los trasladaron a El Calafate, donde los tuvieron tres días encerrados en un hotel, porque ya se había programado un viaje de vuelta; así lo detalló Alicia Lingua, esposa de Clemente, a Radio Universidad / CASTELLANOS. 

Alicia contó que en ese viaje de vuelta, el avión estaba “en condiciones casi deplorables, no estaba limpio, no había alcohol en gel y nadie tenía barbijo”, y sostiene que allí es donde contrajeron el virus. 

La llegada a Rafaela

Luego, Alicia detalló cómo se dio el regreso a la ciudad, donde ingresaron escoltados por la Policía, como si hubiesen cometido algún delito. Tras la llegada, y ese bochornoso ingreso, vinieron las acusaciones “por haber traído el virus a la ciudad”, dicho incluso por funcionarios públicos. Lingua contó que es cierto que ellos llegaron con Covid-19, pero no contagiaron a nadie, porque se quedaron 14 días aislados en su casa, “no bajamos ni al patio”, contó. El único que se contagió fue un hijo de la pareja, que vive con ellos, pero quien también mantuvo el aislamiento. 

Esta familia tiene una lavandería, actividad que podía continuar funcionando a pesar de las restricciones porque era considerada esencial, que continuó trabajando al mando de sus empleados, de los cuales ninguno se contagió debido al responsable aislamiento que realizaron. A pesar de esto, la Policía recibió la orden de cerrar el negocio, siendo totalmente escrachados. Sumado a esto se dieron las múltiples opiniones y críticas de muchos vecinos de la ciudad, sin saber lo que había ocurrido.

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