Gigante en babia

Fue una ardua campaña para los candidatos de ambos espacios políticos que culminaron con el triunfo del PJ, del lado del FPCyS la campaña se baso en el respaldo de los 12 años de un gobierno transparente, en el que primó la independencia de las instituciones así cómo la defensa de los derechos de los santafesinos ante los continuos y constantes destratos de los diversos gobiernos nacionales sean Kirchneristas o Macristas, a la provincia de Santa Fe siempre la discriminaron con los recursos que le correspondían e incluso le produjeron un gran agujero económico-fiscal al efectuar detracciones indebidas tal lo dictaminó el fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación del 15 de noviembre de 2015, deuda que aún no se ha podido cobrar.

Por el lado del PJ se limitó a aglutinarse detrás del candidato con mejor performance e ir en pos de la victoria electoral y no mucho más, ya que durante la campaña no hubo propuestas serias sobre cómo iba a gobernar si obtenía el triunfo ni presentó jamás (aún no lo hizo) su plan de gobierno. El pobre mensaje brindado por el Gobernador Omar Perotti en la apertura de las Sesiones Ordinarias de la Legislatura Provincial el pasado 1ro de Mayo hablan por sí sólo. Ni una sola mención sobre en qué iba a hacer hincapié su gestión, sólo se limitó a efectuar un racconto de las acciones tomadas en pos de mitigar los efectos de la pandemia de COVID 19 que afecta desde principios de marzo a nuestro país.

El slogan elegido para la campaña fue “Paz y Orden” en clara alusión a uno de los déficit, reconocidos incluso por la gestión del FPCyS, que fue la seguridad la cual, es dable destacar, estaba empezando a encontrar soluciones y a mejor todos los guarismos, los cuales desde la llegada al poder del gobierno de Perotti han tenido un abrupto crecimiento hacia el crecimiento de los robos seguidos de muerte, guerra narco casi sin control. No nos debemos olvidar un dato superlativo: como ya se dijo desde marzo nuestras vidas se han visto modificadas por los efectos de la pandemia COVID 19 y dentro de las medidas adoptadas estuvo la de no permitirnos la libre circulación por las calles a menos que fuésemos personas “esenciales”, para lo cual se debía contar con el permiso respectivo, así y todo los números son alarmantes.

El ministro elegido para llevar adelante las riendas del Ministerio de Seguridad se ha mostrado muy perspicaz y chicanero cuando de efectuar declaraciones en los medios (sobre todo nacionales) se trata o en sus redes sociales pero poco efectivo a la hora de los resultados concretos.

En este caso como en casi todas las áreas del nuevo gobierno, no se sabe aún hacia dónde se quiere ir, no hay un rumbo marcado, casi como en un picado de solteros contra casados en el que se dice “vamos todos atrás de la pelota” sin una idea clara de juego, triste pero real pero más triste cuando los números se transforman en personas que sufren las consecuencias de la impericia, incapacidad y falta de idoneidad del ministro mediático del área.

De aquel 16 de junio de 2019 pasaron 365 días, es decir 1 año exactamente, de ese mismo día hasta la asunción propiamente el tiempo fue de 180 días, tiempo en el que se pensaba que el “gringo” estaba armando su gabinete, pergeñando sus políticas, eligiendo los nombres de su gabinete porque 180 días o 6 meses es mucho tiempo ¿no?

En ese periodo en las oficinas de todos los ministerios se espero casi hasta el aburrimiento el desembarco de quienes serian los predecesores de cada uno de los funcionarios salientes o al menos de los ministros, en algunos ministerios ni “asomaron” la nariz y la espera para colaborar en todo lo que se pudiese para poder efectuar una transición ordenada y clara fue en vano.

Desde la asunción propiamente dicha volvieron a ocurrir en el ámbito provincial situaciones que algunos creían nunca más vivir como lo fue la extensión del cronograma de pagos a los empleados estatales o la eliminación de la cláusula gatillo o aún peor la suspensión de las paritarias, logro del cual los gremios estatales se ufanaban en las épocas del FPCyS haber conseguido, o la persecución a los empleados de la planta estatal que decidieron por la razón que fuere tener una activa participación formando parte de un gobierno determinado (véase sino el Decreto 89/19).

También podemos mencionar la presión ejercida sobre presidentes comunales e intendentes para que apoyen tal o cual ley caso contrario podrían sufrir un retaceo de fondos para sus respectivas localidades o la virtual cesación de pagos a los contratistas de la obra pública, lo que acarreo el lógico parate de las mismas con la consiguiente suspensión de empleados y la cadena que ello desata del menor gasto incluso en alimentos y allí la afectación de los comercios y si a ello le sumamos los efectos sobre la economía que también está produciendo el COVID 19 están siendo un combo difícil de digerir para todas las localidades chicas o grandes de la provincia, con un estado que además está llegando lento y en algunos casos tarde desde el envío de fondos para la compra de elementos básicos para hacerle frente a la pandemia hasta las habilitaciones para intentar reactivar los diversos sectores que se vieron frenados por éste último fenómeno.

Así se podría seguir enumerando situaciones, echos, acciones o inacciones que ocurrieron en estos primeros 6 meses del gobierno de Omar Perotti, quienes legítimamente lo votaron para que fuese gobernador imagino estarán muy asombrados del poco liderazgo que ha demostrado el hombre de Rafaela, de lo dinámico que ha sido su gobierno hasta el momento y asumo esperaran que en algún momento esto arranque.

Por ahora por acción u omisión a 1 año de haber ganado las elecciones el Gigante de Omar Perotti no despierta, sigue en babia y nos tiene a todos en ascuas.