"Rafaela es un claro caso de estudio a nivel nacional"

Locales 15 de noviembre de 2022 Por Redacción web
Tras la Semana del Ambiente y la Energía, conversamos con el profesor e ingeniero Luis Silva para conocer su evaluación acerca del evento que tuvo lugar en nuestra ciudad.
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La semana pasada, el Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la Región (CCIRR) y distintas universidades organizaron la Semana del Ambiente y la Energía. Se trató de una serie de encuentros que tuvo como objetivo incentivar la búsqueda de sustentabilidad de las empresas locales.

Para conocer una opinión relevante acerca de lo sucedido en esos encuentros, Diario CASTELLANOS conversó con Luis Silva, ingeniero y director de la Diplomatura Universitaria en Eficiencia Energética y Energías Renovables de la UNRaf.

Buen entendimiento

Lo primero que destacó Silva fue la coordinación de las políticas públicas con el sector productivo, así como también la concurrencia, la cantidad y la calidad de las exposiciones. Entre ellas resaltó la charla brindada por la empresa ACINDAR, ya que es una firma que ha logrado producir acero con menos impacto ambiental, valiéndose de un 20% de energía de fuentes renovables. 

También habló sobre la importancia que tiene nuestra ciudad para el país en estos asuntos: "Rafaela es un claro caso de estudio a nivel nacional . Llama la atención la articulación de lo público y lo privado porque en esto tiene un ejercicio de hace muchos años. Por ejemplo, el tema de los residuos que se recolectan bien en horario. Es decir que hay un cierto orden y una conciencia que aseguran el funcionamiento de las políticas públicas y viceversa. Esta buena articulación entre lo público y lo privado hace que cuando el Estado traza políticas de este tipo, éstas sean más respetadas". También valoró el rol que cumplen las organizaciones intermedias en esa articulación, como el Instituto para el Desarrollo Sustentable. 

El rol de lo público

Ampliando el tema anterior, el entrevistado explicó que todo se hace mucho más fácil si el Estado se encarga de que a una industria le resulte más conveniente seguir estas nuevas políticas medioambientales. Subrayó que es importante que las empresas puedan ver claramente el beneficio que obtienen adhiriendo a las nuevas formas de trabajar con la energía. 

El ingeniero manifestó que es necesario que la industria compruebe que la energía más verde es aquella que no se malgasta, y por lo tanto produce ahorro en los costos: "La mayor fuente de energía no es ni siquiera el petróleo ni el gas. Es la que se ahorra gracias a la eficiencia energética. Eso todavía en Argentina no ocurre, pero creo que podríamos empezar a ir por ese camino".

Interrogante sobre la juventud

Consultado acerca de los jóvenes y su afinidad por todo lo relativo al ambiente, dejó una certeza y una duda. Por un lado, confirmó que las nuevas generaciones tienen un gran interés por estos temas, pero por el otro reconoció que él mismo se cuestiona cómo evolucionará esto a medida de que ellos vayan creciendo: "Todavía tengo un interrogante interno. Cuando uno se hace grande le preocupa más la plata que el ambiente. Hay que ver a esos jóvenes que hoy están tan comprometidos cuando tengan la posibilidad de tirar algún desecho industrial al rio para ahorrarse un par de miles de dólares. Yo no sé si ser tan romántico con esa idea de que tienen mucho más compromiso. Hay que ver qué pasa cuando se tensiona esa responsabilidad a cambio de nada, con una a cambio de ir a trabajar en bicicleta, por ejemplo. Yo hoy lo veo, es admirable, muy destacable, pero soy un tanto escéptico para el momento en que haya que ir a militar en serio la cuestión ambiental a cambio de sufrimiento".

Innovación para los tambos

Recientemente, Silva tomó a su cargo la dirección de un proyecto que se perfila como un verdadero cambio de paradigma para el sector lácteo. Se trata de aprovechar los desechos de los tambos para producir energía eléctrica, que luego es inyectada a la red. Esto le da al productor un doble beneficio: por un lado le evita tener que hacer un tratamiento de los residuos antes de desecharlos y por el otro reduce considerablemente su propio gasto electricidad.

Este proyecto ya está en marcha en un tambo que se encuentra a pocos metros del ingreso a la localidad de Susana. A grandes rasgos, así lo explicó el entrevistado: "Se tiran los desechos en un biodigestor y ahí fermentan, produciendo un gas que tiene un poder calorífico. Yo estoy a cargo transformar a ese gas en energía eléctrica a 220 volts para poder inyectarlo a la red. La ganancia para el tambo es doble, porque a ese desecho no se lo puede tirar a una zanja por que contamina. En paralelo se hace el tratamiento de esos residuos y se ahorra mucha energía en la factura de luz".

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