Silbidos y abucheos para Perotti, Manzur y Alberto Fernández

No habrá sido uno de sus mejores momentos. Ni para el gobernador Omar Perotti ni para el Jefe de Gabinete de la Nación, Juan Luis Manzur que estaban presentes. El abucheo y las silbatinas con las que fueron recibidos sus discursos en la tardecita apacible y fresca sunchalense, se colaron seguramente en el mármol de las amplias paredes y en los silenciosos pasillos de la Casa Rosada en Buenos Aires y de la Casa Gris en Santa Fe. Quizá llegó hasta los oídos del mismo Presidente de la Nación. Alberto Fernández fue el más “atendido” cuando anunciaron que, a través de un video, se escucharían las palabras del primer mandatario argentino.
Lo cierto -es importante destacar esto- que fueron tres detalles que no opacaron la gran fiesta que vivió Sunchales y toda la región: la inauguración del Espacio de Diálogo Interreligioso que tuvo lugar el pasado domingo 27 de marzo. Fueron detalles, pero que quedarán en las retinas de sus protagonistas. Y de varios que tomaron nota en el momento. Hubo varias miradas que se cruzaron. En silencio.
No debe ser fácil para un dirigente que, a pocos kilómetros de su ciudad natal, la gente no lo reciba con un aplauso cerrado, sino todo lo contrario. El público estaba compuesto principalmente por familias que se habían acercado desde varios lugares de la zona para asistir a ese momento histórico. Entre paréntesis: al evento lo cerraron de manera majestuosa Sergio Rojas y Nahuel Pennisi. Nuestra región no acostumbra a los abucheos. Eso es algo que puede llegar a pasar en “las grandes ciudades”. Pero no por acá, en el interior del interior. En un “pueblito”, como llamó Manzur a Sunchales en su discurso.
Fueron detalles pero no pasaron desapercibidos. Debe ser difícil encontrarse con un público heterogéneo y no con el batallón de circunspectos y aplaudidores aduladores con el cual se está acostumbrado manejar cuando se llega a ciertos lugares del poder. Pero vivir en una burbuja irreal tiene su precio.