Ante la expectativa de un año con actividad plena

Si el 2019 será recordado como el año de los festejos por el Centenario de la primera carrera organizada por Atlético de Rafaela, el 2020 marcó la aparición inesperada de la pandemia de Covid - 19 y con ella, la paralización de la actividad deportiva mecánica en el país y en buena parte del mundo. El automovilismo se pudo ir rehaciendo, con una realidad que marcó la imposibilidad de contar con público en las competencias, pero ciertamente la crisis provocó la alteración de todos los calendarios, a punto tal que algunas categorías ni siquiera pudieron completar la temporada dentro del año calendario. 

Atlético estaba preparado para recibir a varias categorías zonales y tenía fecha asignada para la presentación anual del Turismo de Carretera, que debía realizarse el 2 de agosto, pero claramente todo se vio trastocado por la situación originada por la irrupción del Corona­virus en la vida de la Humanidad.

Para la Subcomisión de Automo­vilismo de Atlético la pandemia significó un enorme desafío al cual se debió enfrentar a lo largo de todo el año. La infraestructura que posee la institución en el autódromo Ciudad de Rafaela requiere mantenimiento, cuidados y un seguimiento permanente, que insume recursos y esfuerzo. Al prolongarse la inactividad -como le sucedió a millones de argentinos, incluidas familias, empresas y entidades- se cortó también el flujo de recursos que hacen falta y hubo que extremar la imaginación y el trabajo para no flaquear en la tarea de cuidar el patrimonio de la institución y al mismo tiempo mantener la "guardia alta" para cuando llegara el momento de volver a escuchar el ruido de motores en el legendario óvalo.

A partir del inicio de la segunda mitad del año comenzaron a flexibilizarse algunas actividades y Atlético pudo volver a recibir a pilotos y equipos de categorías zonas que quisieran hacer pruebas en el autódromo, con el cumplimiento de los consabidos protocolos establecidos. Sin competencias, al menos fue una manera de mantener los músculos ejercitados a la espera de la señal de largada de las competencias.

Lamentablemente no se pudo concretar -por la situación epide­miológica que vivía la ciudad en ese momento- la reanudación del auto­movilismo nacional justamente en el autódromo de Rafaela, con la presencia del TC en el primer fin de semana de septiembre, y hubo que esperar hasta diciembre para que se volviera a correr en el autódromo, en este caso con la presencia de las categorías del Car Show Santafesino, en una doble fecha que tuvo el estímulo especial de significar también la última carrera del año calendario para esas categorías, visitantes frecuentes del autódromo rafaelino. 

También en las últimas semanas del año pasado hubo ruido de motores con la presencia de equipos de Súper TC 2000, que hicieron pruebas aerodinámicas y de potencia en los largos tendidos rectos del óvalo, de cara a la preparación de la última parte de la temporada 2020 de la categoría, que se prolongó al 2021 en razón de la reorganización de los calendarios. 

Ahora lógicamente la expectativa está puesta en el 2021 y en cómo se desarrollarán las temporadas, tanto de las categorías nacionales como zonales. La mayor esperanza está puesta, como es natural, en el retorno del TC, eventualmente de otras categorías de la ACTC -como el TC Mouras y el TC Pickup-, la posibilidad de contar con el TN y también con el Súper TC 2000. Sin embargo, varios factores confluyen a la hora de los análisis, sobre todo de los aspectos financieros. Se sabe la importancia que tiene la presencia de público en las competencias de Rafaela, y todo indica que continuarán a lo largo del año las restricciones para el acceso de espectadores a los eventos deportivos. 

Mientras tanto, las categorías zonales siguen mostrando su atractivo, permitiendo que muchos pilotos realicen sus aprendizajes en pista y otros, ya consagrados y con larga trayectoria, continúen demostrando su vigencia, manteniendo viva la pasión por los fierros que hay en toda la región.