La fortaleza de Fenestrelle: La gran muralla piamontesa

La iglesia del Fuerte San Carlo, a pesar de ser pequeña, es el edificio religioso más grande jamás construido en una fortaleza alpina europea. Luego de su desconsagración, actuó como almacén. Hoy, después de los trabajos de restauración (en particular la reconstrucción del techo y el piso), la iglesia se utiliza sobre todo para organizar eventos, como exposiciones, conciertos y obras de teatro.
Otro elemento fundamental eran los cuarteles para alojar a los soldados. En San Carlo estaban los más grandes. Son tres largos edificios de tres pisos, dispuestos paralelos uno detrás del otro en la pendiente que se eleva hacia los fuertes superiores. Originalmente fueron diseñados como cuarteles para las tropas, pero luego también se utilizaron como prisión militar y prisión para convictos. En el interior, el espacio estaba organizado en grandes dormitorios. El techo estaba cubierto por dos capas de losas, mientras que la bóveda interior era una bóveda de cañón. Los pisos superiores construidos con madera de alerce fueron completamente eliminados durante los años de abandono de la fortaleza. 
El polvorín más importante de toda la fortaleza es el Sant'Ignazio, nombrado en honor del arquitecto original de la fortaleza, Ignazio Bertola. Tiene una planta cuadrada y paredes triples muy gruesas.

El Palomar

Antes de que se introdujeran las estaciones ópticas para la comunicación a distancia, la importancia para las diversas fortificaciones alpinas de enviar y recibir mensajes de forma rápida y segura, hizo necesario el uso de palomas mensajeras. El palomar era el edificio responsable de la cría y el alojamiento de estas aves.
En el caso de la fortaleza de Fenestrelle, fue utilizado como palomar un macizo castillo del siglo XIV, de base cuadrada, que fuera una de las oficinas centrales francesas. 
En realidad, en el curso de su historia, el Fuerte Fenestrelle nunca fue escenario de violentos asedios, a pesar de que su propósito principal era esencialmente defensivo. Sin embargo, obtuvo la reputación de un lugar temible como prisión, encarcelando a numerosas figuras religiosas y políticas de la época, militares y mazzinianos, manteniendo esta función hasta después de la Restauración: Vincenzo Gioberti (político, filósofo y sacerdote italiano) fue encarcelado dentro de sus muros, así como entre 1860 y 1870 fueron deportados muchos prisioneros de las tropas borbónicas, cuyo destino sigue siendo un punto de partida moderno para los debates historiográficos.
En tiempos más recientes, durante la Segunda Guerra Mundial, el fuerte fue escenario de algunas batallas menores. Se usó como lugar de encierro, por lo tanto se convirtió en escenario de algunos enfrentamientos partisanos, que terminaron con la explosión de una parte para frenar el paso de las tropas enemigas.
Desafortunadamente, en 1946, al final del conflicto, el Ejército abandonó la estructura, que terminó en manos de la negligencia, del tiempo y del saqueo, llegando a vaciarse completamente su interior.
Después de un largo período de abandono, que duró prácticamente hasta 1990, un grupo de voluntarios de la Asociación Proyecto San Carlo Onlus (Organización no lucrativa de utilidad social) inició su recuperación, que todavía está en curso y lo abrió al turismo. 
En 2007 el Fondo Mundial de Monumentos lo incluyó en la lista de los 100 sitios histórico-arqueológicos de importancia mundial en riesgo.
Hoy hay muchas visitas guiadas organizadas en toda el área de la fortaleza, que atraen a miles de visitantes cada año. No solo es posible caminar a lo largo de las antiguas murallas y descubrir los misterios relacionados con la fascinante historia de este lugar, sino que la visita también incluye el acceso a los edificios y pasajes subterráneos de la muralla, así como la posibilidad de disfrutar de una vista impresionante desde las diferentes puntos panorámicos ubicados a lo largo del recorrido.
Mensualmente se celebra "Il Racconto delle Antiche Mura" (La Historia de las Antiguas Murallas), una representación teatral nocturna con figuras vestidas de época que reconstruyen la vida del Fuerte desde la era napoleónica hasta la era más moderna. Se puede degustar una cena rústica de la época o incluso las raciones que recibían los soldados.