"Estimulación visual infantil" Conceptos Claves

La OMS en 1992 definió a una persona con Baja Visión, aquella con una incapacidad en la función visual aún después de tratamiento y/o refracción común, con una agudeza visual en el mejor ojo de 0.3 a percepción de luz o con un campo visual inferior a 10º desde el punto de fijación, pero que se use, es decir, potencialmente capaz de usar la visión para la planificación y ejecución de tareas. Este concepto puede variar según el diagnóstico y las necesidades de cada persona.

Algunas Patologías

-Retinopatía del prematuro
-Retinopatía diabética
-Retinosis pigmen­taria.
-Ambliopía
La estimulación visual, tiene como objetivo mejorar el funcionamiento visual de los niños con baja visión, es decir, "aquellos que tienen una reducción de su agudeza visual o una pérdida de campo visual, debido a una patología ocular o cerebral congénita o adquirida y que, ni siquiera con correcciones ópticas pueden llegar a alcanzar una visión normalizada" (Faye y Hodd, 1975).
La estimulación visual puede definirse como  acciones que ofrecen experiencias que invitan al niño/a con déficit visual a una situación de ver. En ella se pretende lograr que el el niño/a  organice las sensaciones visuales en percepciones integrales. (ICEVI).
El objetivo básico de esta práctica es, en principio, que el niño confiera un significado a los estímulos visuales que recibe, de modo que pueda llegar a formar un proceso en el cual su sentido de la visión sea potenciado al máximo. De esta manera, se favorece el desarrollo de las funciones visuales ópticas, óptico-perceptivas y viso-percep­tivas. (Barraga, 1997). Las funciones ópticas son: control fisiológico de los músculos del ojo, respuesta a la luz, enfoque, fijación, seguimiento, convergencia, acomodación y movimiento (hasta los 3 primeros meses de vida). Las funciones óptico-perceptivas: discriminación de forma, tamaño, color, relaciones espaciales y coordinación viso­motora, reconocimiento e interpretación, identificación o nominación (entre los 4 y los 24 meses de vida). Las funciones perceptivo-visuales: discriminación figura - fondo, complemen­tación visual, relación partes-todo, asociación visual. Éstas requieren de las funciones ópticas y del desarrollo de la comprensión de lo que se ve, la asociación con otras experiencias visuales y la memoria visual. Estas funciones estan directamente relacionadas al desarrollo cognitivo (entre los 2 y los 7 años). Van desde funciones básicas cómo fijar y seguir el movimiento de un objeto a funciones más complejas como el armado de un rompecabeza, reconocimiento de detalles en objetos e imágenes, entre otras.
Para que el desarrollo de estas funciones pueda darse, tienen gran importancia:
El tipo y oportunidades de estimulación visual y de experiencias disponibles.
2. Variedad de tareas visuales que se realizan en toda serie de condiciones ambientales.
3.  Motivación y capacidad de desarrollo per­ceptivo y cognitivo.
Las actividades deben estar orientadas a potenciar la eficiencia visual, es decir el grado o nivel en que la visión es aprovechable por la persona para obtener la información del ambiente.
En el niño con visión de desarrollo típico, la eficiencia visual se logra de una forma natural y espontánea. Él va mirando paulatinamente con mayor sistematicidad y perfecciona su capacidad de concentrar su atención ante diversas experiencias que ofrece su contexto.
En cambio el niño con alteraciones en la visión va a tener escasas o nulas posibilidades de recoger información  inciden­talmente a través del sentido de la vista y precisa de una secuencia ordenada de experiencias visuales.
Los programas de estimulación visual están diseñados para ayudar a los niños con deficiencias visuales graves a encontrar sentido a lo que ven y a saber interpretar las sensaciones que perciben.
Una adecuada estimu­lación, la experiencia previa, la motivación "a ver", el desarrollo de su atención, las necesidades que le van a surgir y el aprendizaje harán que las capacidades visuales innatas se realicen y se perfeccionen; para que ésto ocurra se necesitará de un guía y de una planificación.
El proceso estimulador debe hacerse sobretodo en los primeros años de la vida, cuando aún el desarrollo de la percepción no se ha completado.
Por lo expuesto, es necesario realizar controles periódicos con el oftalmólogo, que luego se realizará la derivación al Esti­mulador Visual.