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El Templo de la Velocidad volvió a vibrar con el TC

El objetivo principal de este 2021 se logró: el autódromo de Atlético volvió a recibir a la categoría más importante del país y lo hizo con presencia limitada de público, pero marcando un camino que permite imaginar un futuro mucho más promisorio aún. Ya se planifica la Carrera de los Millones para el año próximo.

13 de septiembre de 2021RedacciónRedacción
TC 2021 rafaela 184

Pablo González – Fue un sábado que pareció domingo. Pero fue, sobre todo, una fiesta para los sentidos. Porque no hay corazón «tuerca» que no lata con más fuerza cuando escucha el rugido de los motores multiválvulas de más de 70 autos del Turismo Carretera y de su telonera TC Pista en el óvalo legendario de Rafaela, el gran Templo de la Velocidad que tiene el automovilismo argentino. Y en este sábado 11 de Septiembre, Día del Maestro, el sol brilló inmaculado en un cielo sin nubes que anticipó la primavera, como si el clima también hubiera decidido asociarse con un mensaje de vida plena a la actividad deportiva.

Durante viernes y sábado se concretó toda la fiesta del retorno del TC a Rafaela. El domingo quedó para las elecciones y por eso el cronograma se adelantó, pero importó poco. Las 3.500 entradas puestas a la venta resultaron escasas para la ansiedad y la pasión que los hinchas tienen acumulada luego de un año y medio de pandemia. Incluso la limitación para disfrutar del cronograma completo, ya que recién el sábado se pudieron abrir las puertas del Templo para todos, sólo constituyó un detalle anecdótico. El espectáculo tuvo los condimentos que sólo Rafaela sabe entregar: las exigencias al límite, la adrenalina fluyendo en cada salida a pista de los protagonistas, la sensación de que el escenario no admite errores y la certeza de que el triunfo en esta pista merece un lugar privilegiado en la vitrina de los éxitos.

De los límites del circuito hacia afuera, lo que se preveía: un público fiel, ávido de ver acción deportiva, pero consciente de que éste del 2021 fue sólo un primer paso. La gran mayoría de los asistentes, observando los amplios espacios sin ocupar y comparando mentalmente entre lo que sucedía en una fecha «de las de antes» de la pandemia, y lo que sucedió este sábado, se sintió un privilegiado. Doble privilegio: gozar de salud para disfrutar de una cita espléndida; y al mismo tiempo poder estar allí donde la pasión convocaba. Faltó todo el folklore propio de la categoría: los andamios junto al tejido, los campamentos interminables con carpas, camiones, motorhomes y esos encuentros de la familia automovilística en torno al fuego de los asados. Pero este «aperitivo», si vale el término, sirvió para que la espera de la futura nueva normalidad sea más corta. Y vaya si sirvió.

Para Atlético la organización no pudo tener mejores resultados. Se cumplieron a rajatabla los protocolos establecidos y lo que hace un año fue frustración -cuando la carrera, que iba a significar la reanudación de los espectáculos deportivos en todo el país, debió suspenderse por cuestiones vinculadas a la situación epidemiológica del momento-, en esta oportunidad se convirtió en una oportunidad para demostrar que, haciendo las cosas bien, se puede trabajar con márgenes de seguridad totalmente lógicos.

En lo deportivo, los cronogramas prefijados se cumplieron a la perfección. El circuito presentó un estado impecable y las nuevas medidas de seguridad solicitadas por la ACTC -levantamiento de algunos taludes con sus correspondientes protecciones de muñecos de neumáticos, ampliación de zonas de escape y otros detalles- también se respetaron tal cual lo acordado. No hubo que lamentar ningún incidente serio durante toda la programación y las competencias ofrecieron alternativas que entretuvieron al público presente en el autódromo o que siguió las alternativas a través de la televisación.

El saldo favorable agregó otros importantes puntos positivos. El principal es que, con el apoyo del Estado Provincial, ya la ACTC trabaja para la organización de una nueva edición de la Carrera de los Millones, una cita especial en el calendario anual del 2022. Y que todos esperan sea con todo el folclore del TC auténtico.

Mientras tanto, Atlético trabaja. Lo hace negociando con otras categorías, ya que no se descarta que durante lo que resta del 2021 pueda volver a darse una presentación del Turismo Nacional en Rafaela, categoría que hace muchísimos años no corre en el autódromo local. Y fundamentalmente trabaja para sostener una infraestructura que requiere una enorme tarea dirigencial, con la colaboración del Estado local y de la provincia. De ese esfuerzo se vieron los frutos en este fin de semana.

La historia dirá que en la pista José Manuel Urcera se llevó los laureles. Pero que luego, en la revisión técnica reglamentaria, los dos primeros en la pista quedaron eliminados y que ganó un campeón, Christian Ledesma. Que en el TC Pista se impuso de punta a punta Santiago Álvarez y que hizo podio un pibe de la zona, de Humboldt, con apellido ilustre: Ian Reutemann. Pero lo más relevante es que volvió el TC a Rafaela. El automovilismo grande. El ruido majestuoso. La pasión, al tope de las pulsaciones. Pero sobre todo, la certeza de que hay futuro. Porque lo mejor está por venir.
 

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