Los museos más curiosos del Piamonte

En este original lugar se podrá descubrir el nacimiento, la historia y la evolución de este instrumento en el mundo a través de un recorrido de 600 piezas. Al final de la visita, obviamente es posible degustar una copa de excelente Barolo.
Descorchar una botella de vino es un ritual que tiene algo de mágico: la mirada de los presentes se centra en quién realiza la operación. Se quita el sello de aluminio y se coloca la punta del sacacorchos o tirabuzón en el centro del corcho. El “gusano” se hunde en el corcho y finalmente, con el esfuerzo de tracción necesario, el corcho emerge del cuello de la botella con un ligero chasquido. El corcho se extrae y se huele para comprobar si tiene olor. El vino ya está listo para servir y degustar.
El Museo del Sacacorchos fue fundado en 2006 en las instalaciones de una antigua bodega junto al Castillo Municipal de Barolo, por Paolo Annoni, farmacéutico nacido en Turín y trasladado a las Langhe.
En el ingreso, una amplia zona de libre acceso recibe al visitante con una espléndida imagen de un viñedo de Barolo y una exposición de botellas de todos los productores de vino Barolo, de Barolo.
La oferta del Museo se completa con una librería con la venta de vinos Barolo y otros de Langa, libros, publicaciones, sacacorchos antiguos y modernos, productos para enología, souvenirs, postales, carteles, productos alimenticios típicos de Langa
Los sacacorchos se conservan en una espléndida bodega, con techos con bóvedas de cañón de ladrillo y narran de diferentes formas, el cambio que ha experimentado la vida cotidiana a partir del siglo XVII.
El recorrido presenta 600 ejemplares de sacacorchos antiguos provenientes de todo el mundo y hechos a partir de la segunda mitad del 1600. Las diecinueve secciones del museo relatan el nacimiento y la evolución a través de los siglos de este accesorio de uso diario, rica en historia y curiosidades.
Comienza con los “sacacorchos suspendidos”, pasando por los “T”, en madera, hierro, aluminio, latón, hueso, cuerno, ébano, nácar, bronce, marfil, plata, carey y llega a los modernos, de bolsillo, publicitarios, temáticos (con figuras de animales, personas, fondo erótico o irónico). La tecnología y la creatividad se utilizaron en la construcción de estos objetos de uso común. Una sección separada está dedicada a las postales antiguas con el sacacorchos como tema.
El primer sacacorchos, inventado hace más de cuatrocientos años, estaba inspirado en un instrumento en espiral que los soldados utilizaban para extraer las balas atascadas del cañón de los fusiles. Con él perforaban el casquillo y en seguida tiraban de él con fuerza para extraerlo.
La primera patente registrada de sacacorchos data de 1795 y pertenece al reverendo británico Samuel Henshall.
Su uso se popularizó durante el siglo XVIII, cuando se estableció la costumbre de tapar las botellas con un corcho.
Los primeros sacacorchos en forma de ser humano nacieron en el siglo XX por el italiano Carlo Gemelli.