CNN Radio Rafaela

Ídolos de cartón

Las figuritas están asociadas al fútbol, a nuestra niñez y a la vida misma, pero la llegada de la modernidad las fueron relegando al rincón de los recuerdos o transformando en fotos sin vida. De todos modos, la historia les tiene reservado un álbum de páginas doradas donde se pegan con sentimiento

Deportes - La Otra Mirada 22/02/2021 Redacción web Redacción web
Contratapa

Por Oscar Martínez.- "Hace un tiempo me convocaron para que eligiera y describiera mi juguete preferido. De cuando era chico, claro. Y elegí, acaso pobremente, las figuritas. Las figuritas de cartón con las caritas de los jugadores de los equipos de fútbol de Primera, se entiende. Yo fui pibe y llené o traté de llenar álbumes en los años cincuenta, hace mucho. Y nada me apasionó tanto, me ilusionó, me sacó, me perdió más que esos cartoncitos. Es que por las figuritas conocí la ocasional felicidad pero también el descontrol, la ansiedad y el vértigo. Inauguré sentimientos inusitados: la impotencia, la envidia y el deseo irrefrenable de posesión que me llevaron al delito –el pecado, entonces– por primera y no promisoria vez. Las figuritas eran la pasión en estado puro". Juan Sasturain, escritor, periodista, guionista de historietas, y conductor de TV argentino. El 7 de enero de 2020 fue nombrado director de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
En los tiempos de mi niñez, las figuritas de fútbol eran el principal aliado de la pelota, ese juguete tan popular como democrático, al que podían aspirar casi todos. En ellas aparecían los futbolistas que nosotros imitábamos en los campitos aún sin haberlos visto nunca. Eran el reflejo profesional de nuestros sueños. Y además, servían para jugar. Las colecciones solían tener rectangulares, que en algunos casos eran una foto o caricatura del jugador de cuerpo entero, o del equipo posando en el estadio, y las redondas de cartón, con la cara de los futbolistas. Con ellas se podía jugar a la tapadita, al chupi, y a la arrimadita. Entonces, si un chico no podía comprarse muchas figuritas, sabía que jugando podía acceder a ellas. Si era bueno, podía ganar muchas. Y si la suerte lo acompañaba y sacaba alguna difícil en un paquete, ésto le aseguraba ganar muchas a cambio de ella en una suerte de subasta callejera. Las figuritas servían para meternos en el mundo de los negocios en ese gran shopping que era la calle, que entonces socializaba.

figuritas07
Pero no siempre había figuritas, aparecían generalmente en el kiosco antes del comienzo de los torneos o Mundiales de fútbol. Se compraban en paquetitos que traían unas cinco distintas. Además de jugar y comercializar, se intentaba llenar un álbum que entregaba como premio una pelota número cinco de cuero como las profesionales, una oferta por demás de atractiva porque era difícil y costoso tener una. En páginas de a pares se pegaban las "figus" armando el equipo de once titulares y algunos pocos suplentes, en tiempos donde no había problemas de ausencias o cambios porque los futbolistas estaban durante mucho tiempo en sus clubes. Las pegábamos con engrudo –harina y agua– y con el correr de las semanas el álbum se engrosaba.
Comprar las figuritas era toda una ceremonia. No lo hacíamos en un solo lugar y le pedíamos al kiosquero que sacara de cajas distintas y que incluso nos diera dos paquetes de una punta de estas, dos del medio y otros del otro extremo, por ejemplo. Todo para tratar de evitar las repetidas. Después nos sentábamos en el cordón de la vereda y los abríamos desenfrenados. Y cuando terminábamos la ceremonia le preguntábamos al pibe más cercano "¿Tenés figus? Te cambio". Y uno las iba pasando mientras el otro decía, como en una letanía: "La tengo, la tengo, late, late…", hasta que de pronto interrumpía: "¡Esa no! ¡No late!". Y ahí cambiábamos. Mano a mano o varias o muchas por una "difícil". Lo interesante es que había un valor de cambio que nada tenía que ver con la importancia y popularidad de los jugadores.
A fines de 2017, el canal inglés ITV, produjo uno de esos programas que cautivarían a cualquier platea futbolera: "La historia de las figuritas de fútbol". Como era de esperar, la edición mencionó especialmente a Panini, la empresa italiana que en 1961 comenzó a producir las figuritas del fútbol de Italia y que desde 1970 acordó con la FIFA la confección de los álbumes de cada Mundial. De aquellos ocho hermanos de Módena que construyeron la empresa, cuatro mujeres y cuatro hombres, sólo quedó el apellido. En 1988, los Panini vendieron la empresa mientras el fútbol se encaminaba a construirse en una de las principales industrias del espectáculo.
En Argentina, todavía nadie se lanzó a realizar un documental parecido, pero sí existen libros como Malditas difíciles, Difíciles eran las de antes e Ídolos de cartón, todos de Rafael Bitrán y Francisco Chiappini. Los tres hacen referencia a las "difíciles", porque todas las colecciones tenían una casi inhallable. Alguna vez, la figu inaccesible fue la de Albert Mwanza Mukombo, defensor de Zaire del Mundial de 1974, la de Sepp Maier, arquero de Alemania en el Mundial 78, o la de Enzo Ferrero, delantero de Boca en 1973. Y hubo miles de chicos que no pudieron completar el álbum porque les faltaba la de Juan Carlos Puntorero, mediocampista de Atlanta en 1964, o la de Jorge Carrascosa, defensor de la selección argentina en 1976. Ya en estos tiempos modernos, de acuerdos comerciales a cambio de cientos de miles de dólares, las difíciles no existen. Sin embargo, el recuerdo de su niñez llevó en la década del 80 a Julio Velasco, icónico entrenador de vóley, a preguntar en una visita a la planta de Panini en Módena, donde él vivía y dirigía al equipo local, por qué había figuritas más complicadas que otras. Con decoro, le respondieron que era por una incapacidad de la empresa, pero en verdad era una pregunta para hacer sólo en Argentina porque Panini nunca tuvo difíciles. La empresa italiana llegaría a Argentina a comienzos de los 90. De hecho, tal vez lo único que le faltó al Mundial 86 en nuestro país fue que se vendieran figuritas mientras Diego Maradona eludía ingleses. No solo nunca llegó el álbum oficial de la FIFA de ese mundial, sino que entre 1981 y 1992, no se comercializó ninguna colección del fútbol argentino por una falta de acuerdo entre las empresas y el sindicato de jugadores. Se podría llamar la "década infame" de las figuritas.
Antes y después, hay una historia de más de 100 años. Las primeras colecciones se publicaron en la década del 10 del siglo XX, cuando las figuritas venían en los envoltorios de caramelos, chocolatines, jabones o latas de pomada y luego en paquetes de cigarrillos como Venus o Fontanares. Todavía eran épocas, por supuesto, sin televisión, pero también sin radio –el primer partido relatado fue en 1924–, en que las imágenes servían para conocerles las caras a los jugadores. Recién algunos años después comenzaron a venderse de manera independiente, con sus propios paquetes. Starosta era la principal marca de figuritas en los años 40 y 50, marca que hizo que el inolvidable Luis Alberto Spinetta, en su álbum Artaud, escribiera el tema "A Starosta, el idiota".
Hoy las figus no se pegan ni con engrudo, ni con goma arábiga, son autoadhesivas y globalizadas. Se replican en 110 países y las comercializa Panini. Son como cartas. También se las puede juntar de modo virtual desde la página oficial de FIFA. Las imágenes se ven claras y el papel o cartón es de muy superior calidad al de mi niñez. Y la presentación es impecable. No hay difíciles por una cuestión de marketing y los álbumes se llenan todos para que el cliente quede contento. En el análisis frío, hoy todo es infinitamente superior. Pero hay una diferencia, no generan la pasión de antes. Nadie juega con estas, los pibes de hoy ya no se pelan las rodillas buscando un "espejito". En definitiva, no tienen corazón. Es decir que, como asegurábamos en el campito, no hay comparación.

Lo más visto
PAGINA 7 ARRIBA (1)

Con nueva conducción, SMATA apunta a sobreponerse ante un difícil contexto

Redacción web
Locales 01/04/2024

SMATA a nivel nacional y local llevó adelante la renovación de sus conducciones. En la ciudad significó un reordenamiento del equipo de trabajo. Ahora lo encuentra a Eduardo Isaurralde dirigiendo los destinos del sindicato en medio de un contexto realmente adverso, no sólo para su sector sino para el conjunto de todas las actividades productivas.

PAGINA 3 ARRIBA

Con múltiples actividades Rafaela rindió un sentido homenaje a sus veteranos

Redacción web
Locales 03/04/2024

Ayer se cumplieron 42 años del inicio de la Guerra de Malvinas y como no podía ser de otra forma, la ciudad conmemoró la gesta acompañado en gran parte por sus veteranos, que desde la noche del lunes ya se concentraron en su Centro de ExCombatientes con su tradicional vigilia. Ayer se desarrollaron los actos oficiales y la entrega de ofrenda floral en la Plaza del "Soldado".