"No se debería hablar de metros, sino de buenas prácticas agrícolas"

Desde que los concejales del justicialismo de nuestra ciudad plantearon la posibilidad de llevar el límite agronómico a mil metros, muchas voces se han ido despertando. El sector agropecuario planteó su postura y argumenta porqué es inviable esta cantidad de metros, y el daño que puede ocasionar en el sector productivo. 

Diario CASTELLANOS se comunicó con la ex vicepresidente de la localidad de Cañada Rosquín, la ingeniera agrónoma de Cañada Rosquín, María Eugenia Racciatti, quien tiene una vasta experiencia en el tema, y que trató, hasta hace muy poco, este tema siendo funcionaria de Cañada. 

Además, el año pasado, Racciatti, participó de una reunión con la Sociedad Rural de Rafaela, donde estaban los concejales. "Fue muy buena la explicación de quienes abordaron el tema, pero no sabía cómo había quedado la resolución", recuerda, a modo introductorio la ingeniera.

Por su parte, y ya analizando en profundidad el tema de los mil metros, la especialista sostiene que este proyecto "no es viable" y que además "no asegura nada", sostuvo. "Los mil metros. Vos podes estar haciendo una mala praxis a tres mil o cinco mil metros y puede llegar el producto a la localidad. No se debería hablar de metros, sino de buenas prácticas agrícolas, bajo controles y la ley de fitosanitarios 11.273. Esa ley es bastante vieja pero es muy clara en cuanto al tema de metros. Todo lo que se haga por ordenanza o por decreto es más que una ley", destacó Racciatti, destacando que "no le encuentro sentido porque no te estás cubriendo de ninguna manera", dijo, recordando que Cañada Rosquín tiene área cero de aplicación bajo estrictos controles.

Complicaciones

"Es mucho más fácil prohibir que ponerse a pensar cómo mejorar, cómo convivir, cómo hacer que las partes se acerquen en un bien común", repasó la exvicepresidente de Cañada Rosquín y advirtió que "vos pones mil metros de exclusión, eso multiplicado por el círculo o el área, son muchas hectáreas que van a quedar improductivas. Eso va a hacer que el dueño del campo, lo tenga que lotear o va a quedar en desperdicio", sostuvo. 

En otro tramo de la nota con este medio, expresó que "en nuestro caso -Cañada Rosquín- tenemos directamente área cero porque ya tener cincuenta metros es innecesario pero además, eso se llena de yuyos, trae ratones, la gente arroja basura. Son temas para abordar sobre una problemática que no es sólo la aplicación de fitosanitarios sino que tiene que ver con el tema de sanidad, por todo lo que puede causar el ingreso de roedores u otro tipo de insectos a la localidad, que tiene que ver con urbanismo, porque vos podes poner mil metros de restricción, lotean, hacen viviendas y otra vez tenés que correr el área", dijo Racciatti.

Un enfoque multidisciplinario

En cuanto a la historia que tiene la aplicación de fitosanitarios y las buenas prácticas, la ingeniera destacó que "esto un poco tiene que ver con esta dicotomía de campo castigado y pueblo protegido. Me suena mal por el solo hecho de que mucho de los productores que tienen campo en el periurbano, viven en la localidad. No creo que nadie quiera estar intoxicado. No es que los productores o ingenieros agrónomos somos inocuos. Es como comunidad que se debe plantear, pero a los fines políticos, es mucho más fácil hacer esto. El pueblo se queda contento, no importa qué tiren después de los mil metros y claramente existe más voz de voto por estas políticas públicas innecesarias con ningún sustento técnico. No hay sustento técnico que avale esto, es inviable. Es la poca noción, el poco conocimiento y se nota que no llega al gobierno gente pensante", sostuvo con dureza.

A modo de cierre, Racciatti remarcó que "yo no defiendo a los productores, pero si vos tenés un equipo de trabajo que piense un poco más allá de algo restrictivo, pero si controlado, ambas partes van a llegar a un acuerdo, ambas partes van a entender. Esta problemática tiene un poco que ver con la famosa grieta. En el caso de la ley, es muy clara la de fitosanitarios. Nunca se llevó a cabo porque creo que los concejales ni la conocen. Lo de "Municipio verde" que logra Cañada Rosquín, tiene que ver normas IRA y es un poco más fuerte porque ahí se cuida agua, tierra y aire. Es todo un trabajo que tiene que ver con la rotación de cultivos, con el buen manejo de los fitosanitarios y sobre todo hace mucho hincapié en el cuidado de quienes son los que aplican, que use las medidas de protección, que se cuide. Es un fitosanitario, que es el mismo que utilizas en tu casa. Porque no se trata de que se utilizan ciertos productos para el agro y otros los domisanitarios. Estos últimos son quizás peores porque nadie los sabe manejar", dijo la ingeniera agrónoma. 

Por último, determinó que "el veneno tiene que ver con el tiempo de exposición del producto, la dosis y a dónde se está absorbiendo. Entonces, con las precauciones del caso como en cualquier otro tratamiento, no tendría por qué haber problemas", concluyó.

"Si no hablamos todos el mismo idioma, es un problema"

En un tono más reflexivo y haciendo un análisis más global de lo que está pasando en toda la provincia de Santa Fe y de cómo la política también repercute en estos temas, Racciatti recordó que "Cañada Rosquín está en el departamento San Martín. Entonces, vos tenés zonas, como el caso nuestro, donde una escuela que pertenece a Carlos Pellegrini pero que está lindera al límite con Cañada Rosquín. Nosotros, en la ordenanza, tenemos un área protegida rural, que es la Escuela La Francia, que pertenece a nuestra jurisdicción. Ahora, esta que es de Pellegrini, no tiene ningún tipo de protección porque Pellegrini no tiene ninguna ordenanza sobre el tema", sostuvo.

En tanto, se autopreguntó: "¿Qué quiero decir? Si no hablamos todos el mismo idioma, es un problema. Los productores que se mueven de un distrito a otro, tienen distintos parámetros para manejarse con lo cual es complicadísimo. Un productor que vive en Pellegrini y viene a aplicar a Cañada Rosquín, tiene otra normativa".

A modo de cierre, la ex vicepresidenta de Cañada agregó que "se puede trabajar por Departamento, donde todos se abocan a lo mismo, o la Provincia tiene que trabajar sobre ser coherente y no que cualquier municipio largue la ordenanza que se le ocurre, porque ahí empiezan los juegos políticos. En nuestro Municipio se agarró muy temprano el tema y se convocó a todos los ingenieros agrónomos, se llegó a un acuerdo con los productores, con la comuna, con los linderos para poder trabajar en forma coordinada, coherente y funciona. Es un gasto que las comunas o municipios prefieren no absorber. Pero está la posibilidad de que si se prestan a un diálogo, en el caso de Cañada Rosquín, todo el tema de fiscalizadores más el ingeniero que coordina municipio verde, son pagados por los productores. El Municipio está cubierto, el productor trabaja tranquilo, los equipos aplicadores están habilitados como corresponde y el ministerio es una figura telefónica", dijo.

Por último, detalló que "es un juego político y es muy lamentable que así sea porque aparte tampoco los concejales muestran una escucha activa, porque están preocupados por hacer pavimento o cosas que se vean porque necesitan una elección rápida. Y así tenemos el país que tenemos", finalizó Racciatti.