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Lista para ser leyenda

En una extensa columna publicada este martes en Vogue, la tenista que ganó más Grand Slams en la era Open reconoció que se está "alejando del tenis hacia otras cosas más importantes". Según The New York Times, la fecha de su retiro será después del US Open. A los 40 años, se va una figura revolucionaria.

Deportes - La Otra Mirada 15/08/2022 Redacción Web Redacción Web
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Por Oscar Martínez - Serena Williams nombra a la escritora negra Maya Angelou. El poema comienza "Tú puedes escribirme en la historia/ con tus amargas, torcidas mentiras/ puedes arrojarme al fango/ y aún así, como el polvo…yo me levanto". Siguen preguntas: "¿Mi descaro te molesta? ¿Mi arrogancia te ofende? ¿Mi sensualidad te molesta? ¿Surge como una sorpresa que yo baile como si tuviera diamantes ahí, donde se encuentran mis muslos?". El rapero Common, que la entrevista para ESPN, le dice entonces que él supo lo que era ser negro cuando a los ocho años su madre lo dejó solo en una tienda de blancos y dos niños le decían "b-l-a-c-k, b-l-a-c-k". Serena le cuenta que a los siete, ella y su hermana Venus eran las únicas niñas negras jugando tenis. "¿Alguna vez sentiste que la presión era excesiva?", pregunta Common. "Solo algunas veces dentro de la cancha. Cuando juego una final de Grand Slam". Lo relata Ezequiel Fernández Moores en su nota Mujer negra de caderas anchas.
Serena nació el 26 de septiembre de 1981 en Saginaw, en el estado de Michigan, como quinta hija, tras Lynder, Asha, Yetunde y Venus, de Richard Williams y Oracene. Más tarde, se mudaron a Long Beach, en la zona oeste de Los Ángeles, hasta que un día, inesperadamente, el padre, que ambicionaba que Venus y Serena fueran campeonas de tenis, trasladó la familia a Compton, un gueto hermético situado en el centro de la ciudad, con el propósito de que ambas, que tenían cuatro y cinco años, crecieran en un ambiente difícil y se hicieran "duras". Hasta pagó a jóvenes para que simularan hostilidad en pleno entrenamiento. Y rompía botellas en el fondo de la cancha para que sus hijas se acostumbraran a no retroceder, caso contrario debían saltar entre los vidrios.
Richard Williams esquiva como puede los pelotazos que le tira su hija. Venus, adolescente, está furiosa porque no le permite competir como profesional. El hombre le cuenta que su padre lo dejó solo cuando él era niño y tres blancos adultos comenzaron a golpearlo porque había rozado por accidente a uno de ellos. "Los negros no podíamos tocar a los blancos. Todo lo que hago es para protegerte", le dice Richard a Venus. La escena de "King Richard" (la película que permitió a Will Smith ganar el Oscar) emociona. En su autobiografía "Black and white", el propio Richard cuenta que cojea desde siempre porque cuando era niño miembros del Ku Klux Klan lo apuñalaron con un clavo y un picahielos. Que fue perseguido con palo, bate, pistolas y cadenas. Le rompieron tres veces la nariz y le sacaron algunos dientes. Y que su cuerpo conserva la memoria de toda esa violencia.
Sin embargo, la realidad no es igual a la ficción. Williams no dice que abandonó a su primera mujer y sus cinco hijos en común", dice en el libro y la película, mientras coloca sobre los hombros infantiles de Venus y Serena la responsabilidad de vivir en una casa mejor. La obsesión del hombre estaba destinada, como la de millones de familias, a ser una historia de decepciones mal sanadas, pero a él le funcionó. La película es la celebración de lo inaudito sin profundizar en los detalles claves. Como estos dos datos aportados en un perfil de 2014 en The New Yorker: Venus y Serena tenían prohibido salir con chicos y, para alejar cualquier interés por la maternidad, a las muñecas que entraban en casa su padre les arrancaba la cabeza.
Richard fue mánager y entrenador hasta que entendió que debía contratar a alguien que de verdad supiera como hacerlo, y contactó a Rick Macci, un notable forjador de estrellas instalado en Florida, donde la familia decidió vivir gracias a un primer contrato con la firma Reebok. "King Richard" habla también del "libro de 78 páginas" que el padre escribió para sus "hijas campeonas" antes de que ellas nacieran, sin saber nada de tenis, pero después de ver que la ganadora de Roland Garros de 1980 había cobrado un premio de 40.000 dólares. 
A favor de Richard hay que decir que sus hijas tenían la obligación de no descuidar su formación académica, que llevaron a cabo en un exclusivo colegio de sólo treinta alumnos situado en Lake Placid, The Dritwood Academy, donde ambas obtuvieron notas excelentes y donde Serena se graduó en junio de 1999, cuando ambas hermanas habían conseguido ya triunfos parciales sobre todas las top ten del momento. Serena progresaba en el tenis a la sombra de Venus, que en 1994, con sólo catorce años, entró en el circuito profesional con notable éxito. Ella lo hizo en septiembre de 1995, aunque no empezó a competir de forma continuada hasta 1997, poco después de que su hermana alcanzara la final del Open de Estados Unidos, que perdió ante la entonces número uno, Martina Hingis.
Su crecimiento fue exponencial. Marcar todos sus logros lleva un buen rato, pero lo más importante es que cada uno de ellos son mojones en la historia, fundamentalmente porque quien lo consigue es una mujer "de color". Llegó a la final de 33 torneos del Grand Slam, de los cuales ganó 23, conformados por seis Abierto de EE.UU., siete Abierto de Australia, tres Roland Garros y siete Wimbledon. Además suma otros cincuenta títulos dentro del circuito, cuatro medallas de oro en los Juegos Olímpicos, una Copa Federación y dos Copa Hopman. Es la única tenista que completó el Golden Slam (ganar los cuatro grandes en una misma temporada) en individuales y en dobles. Fue número uno del mundo durante 319 semanas, 186 de ellas de manera consecutiva, 
En 2003, su hermana Yetunde fue asesinada en el barrio de Compton. "Desearía que fuera 1975, te despellejaríamos vivo", le gritó un fanático a Richard ante la mirada de Serena desde la cancha. En septiembre de 2017 Serena fue mamá de Alexis Olympia. "Chocolate con leche", se burló de la niña Ilie Nastase, ex gloria del tenis mundial. Serena jugó en junio Roland Garros con una malla enteriza. La intimaron para que no lo haga más. Aclaró que lo hizo para evitar sufrir coágulos en la sangre tras la maternidad. Buena parte del tenis criticó que la usara justo en la cancha Suzanne Lenglen, "La Divina", una campeona censurada en los años '20 porque renunció a jugar cubierta hasta los tobillos y porque, además, fue profesional. Anne White, blanca y delgada, sorprendió con su malla blanca en Wimbledon '85. Se la prohibieron pero recibió elogios. Serena no. Cambió de Pantera Negra al tutú del US Open, más zapatillas con la inscripción "Queen Serena". Ideal para la caricatura racista publicada el lunes siguiente por el diario australiano Herald Sun, propiedad de Rupert Murdoch. Serena orangutana. La lista de las críticas recibida por su aspecto o su color de piel es tan larga como la de sus logros.
Fuera de los courts, la tenista dirige una firma de capital riesgo, Serena Ventures, que ha invertido en más de 30 startups desde 2014. Con su fondo recaudó 111 millones en su ronda de financiación inaugural en marzo de este año. Es también la jugadora de tenis con mayores ingresos de la historia. Ha ganado más de 94 millones de dólares en el transcurso de su carrera, más del doble que la siguiente jugadora más cercana, su hermana Venus, con 42 millones. Serena tiene una fortuna estimada en 260 millones de dólares, según FORBES. Pero también hay que sumarle decenas de millones por patrocinios anuales con diferentes marcas, como Gatorade y Nike. Fuera de esto, son muchas las acciones benéficas que hace cada temporada y el apoyo que brinda a empresas dirigidas por mujeres. UNICEF la nombró oportunamente como Embajadora de Buena Voluntad.
Después de coronarse por séptima vez en Wimbledon, Serena recitó su poema favorito: I Rise, de Maya Angelou, que contiene un fuerte y emotivo mensaje para los afroamericanos. Angelou es la poeta que permaneció cinco años muda después de que fue violada por el novio de su madre. Tiempos en los que el Ku Kux Klan recorría poblados a caballo para "cazar negros" y cuando ella soñaba que decía "abracadabra" y se volvía blanca, como alguna vez confesó. "¿Me quieres ver destrozada?...De las barracas de la vergüenza/ yo me levanto…Soy un océano negro, amplio e inquieto…Soy el sueño y la esperanza del esclavo. Me levanto. Me levanto. Me levanto".

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