Boleta Única de Papel y cómo funcionó en Santa Fe

Desde hace semanas la Cámara de Diputados de la Nación viene debatiendo en comisiones la posibilidad de que la Argentina tenga como instrumento de votación la Boleta Única de Papel (BUP). Oscar Blando, quien fuera director provincial de Reforma Política y Constitucional durante los gobiernos del Frente Progresista –cuando se implementó (en 2011) ese instrumento de votación en Santa Fe– expuso durante el debate sobre los mitos y realidades de la BUP y dijo que «se habla mucho del caso de Santa Fe» y que se lo hace «con cierta liviandad y sin datos».

En primer lugar, Blando señaló que la Boleta Única de Papel se refiere específicamente al debate sobre «el acceso al sufragio y a la equidad en la competencia electoral» y no sobre otros aspectos del sistema electoral «como la magnitud de las circunscripciones, el formato de las listas cerradas o bloqueadas, ni al cálculo de la conversión de votos en bancas».

 
Blando, que es doctor en derecho y docente de grado y posgrado de la Universidad de Rosario, consideró que es importante no mezclar los temas porque eso permite no adjudicarle problemas a la Boleta Única que les son ajenos ni pedirle soluciones que no puede dar.

«Nosotros tuvimos ley de lemas y festival de boletas y candidaturas durante años», dijo sobre la historia electoral reciente en la provincia de Santa Fe y contó algunas de las picardías que se hicieron en la política santafesina antes de la llegada de la Boleta Única.

Luego pasó a detallar cuáles son los puntos por los que defiende la BUP, aclarando que nunca impulsaría un proyecto que debilitara, fragmentara o lesionara a los partidos políticos. En ese sentido, dijo que no es la BUP, con la foto que tiene de los candidatos, la que personaliza la política. Para refrendar eso, recordó que «en plena época menemista, en 1991, en Santa Fe fue candidato y gobernador, con todo su derecho, un corredor», dijo en referencia a Carlos Reutemann.

 
Además, para referirse a la personalización de la política que se haría a través de las fotos en las boletas, Blando mostró el modelo de una Boleta Única y el de una de las boletas partidarias utilizadas en la última elección a diputados nacionales por Santa Fe. En ese sentido, señaló la diferencia en el tamaño de las fotos y acotó que en las boletas partidarias había candidatos que venían por fuera de la política, como la exboxeadora Locomotora Oliveras y el cantante de cumbia Coty Hernández.

También señaló como falso que con la implementación de la Boleta Única se afecte la participación en los actos eleccionarios. Para eso exhibió la participación en las elecciones Paso y Generales para la gobernación de Santa Fe desde 2003 (ese año no hubo Paso porque estaba vigente la ley de lemas) hasta 2019, con valores similares, incluso desde 2011 cuando se implementó la BUP.

En cuanto a la fragmentación y voto cruzado que puede producir la BUP, Blando señaló que «es muy importante el diseño» de la boleta y que eso «hay que evaluarlo», ya que admitió que «el diseño por categoría favorece el voto cruzado».

 
Sin embargo, se preguntó si el instrumento de votación es el que le hace perder las elecciones a los grandes partidos políticos. «En Santa Fe la fragmentación no se da por este tema», dijo y señaló el voto cruzado que tuvieron Antonio Bonfatti y Omar Perotti, ambos con minoría en la Cámara de Diputados. Pero también marcó que no le pasó lo mismo a Miguel Lifschitz que sí tuvo mayoría en la Cámara baja.

En ese punto del debate también puso el foco en lo que sucede en el Senado provincial donde es uninominal y «desde el `84 gana el mismo partido político».

«Los partidos políticos no están fragmentados y divididos por la BUP; seamos sinceros y serios. Hay razones mucho más profundas y, en todo caso, más graves», planteó.

En tanto, sobre la mayor facilidad que habría con BUP para anular votos respecto al sistema de boleta partidaria, Blando aseguró que es falso y dijo que se realizó un análisis de miles de boletas para llegar a conocer las razones del voto nulo. «Como vimos desde las primeras elecciones, el voto nulo se debía, en un 60 por ciento, a que no había ninguna opción electoral, lo que sugería que lo que quería votarse era en blanco. Suprimimos el casillero del voto en blanco ante la evidencia, no ante supuestos, y bajó el voto nulo y subió el voto en blanco», afirmó.

«Tampoco es cierto lo que se dijo acá que hubo 100.000 votos nulos y que por eso un partido perdió una elección. Eso es falso. El Tribunal Electoral nunca tuvo esa cuestión a resolver. Hay que dejar de mentir», aseveró.

Por último concluyó: «El sufragio es un derecho de los electores, del pueblo, no un instrumento en beneficio de los gobernantes. El instrumento de votación, el cómo se vota, debe ser pensado y legislado desde la mirada y en beneficio de los votantes, del demos, y no desde la circunstancial conveniencia de los actores políticos». (Uno Santa Fe)