Un oficio tan milenario como popular

En nuestro país, esta fecha se celebra en honor a San Honorato quien nació en la villa Ponthieu, Port-le-Grand (Francia), a comienzos del siglo VI.
Honorato señalaba claramente a los gremios molineros y panaderos como sus protegidos en la época medieval. A la muerte del obispo de Amiens, los fieles lo designaron sucesor.
Dice la leyenda que cuando pensaba en declinar el cargo, un rayo de luz y un óleo sagrado aparecieron sobre su cabeza.
En ese instante, una mujer que se disponía a cocer el pan en la casa de Honorato se negó a creer en la aparición y dijo que sólo lo aceptaría si la pala de hornear echaba raíces.
En ese momento, una morera cubierta de ramas y flores creció en el sitio. Desde entonces, Honorato es el Patrono de los Panaderos y su actividad se extendió por el mundo entero.
Actualmente, el pan sigue estando presente en todos lados, principalmente en la mesa de los argentinos. No es un alimento más, sino que simboliza a todos los alimentos. Pocos productos han sobrevivido a tantos siglos de historia, pero el pan, con sus diversas variedades es parte fundamental de la mesa familiar. 

En Rafaela

En nuestra ciudad, las panaderías son parte del paisaje obligado de cada barrio. Cada una con su clientela, han sabido modernizarse y diversificarse para ofrecer cada vez más y mejores productos que los rafaelinos llevan a su mesa. 
Actualmente, se puede encontrar una gran variedad de panes que requieren diferentes procesos de elaboración. La harina, un insumo esencial para todos ellos, hace la diferencia de cada producto. 
Si bien hoy en día han proliferado nuevas formas de negocio que hacen del pan su principal insumo, las panaderías y almacenes de barrio constituyen los principales puntos de venta a la hora de comprar el pan de cada día. El pan nos acompaña a lo largo de nuestra vida. Desde chicos, sabemos que es un alimento que está presente en todas nuestras comidas. 
En suma, la labor del industrial panadero es fundamental para brindarnos un alimento esencial. Con su trabajo cotidiano, hacen posible que el pan siga estando presente en nuestras vidas.