CNN Radio Rafaela

Extraño sufrir una disfonía

12/04/2021Redacción webRedacción web
Santa - Rafaela 11-04-21 (18)
El Eco de Tandil

Por Oscar Martínez.- "Aunque puede que este aspecto sea ampliamente conocido por la mayoría, el cero tiene una serie de propiedades matemáticamente curiosas. Por ejemplo, no es par ni impar y sin embargo, entra dentro de los números racionales y de los naturales. Pero no puede clasificarse ni entre los números positivos ni negativos, pues es únicamente indicativo de vacío". Peter Scholze, joven estrella de la matemática internacional, de su charla en la Universidad Técnica de Berlín
Los números definen el mundo. Las cifras han acompañado a la humanidad desde sus orígenes, para contar cabezas de ganado, dinero o para llevar el control del paso de los días. Con toda seguridad, los diez dedos de las manos formaron la base del primitivo sistema decimal. El cero es un invento relativamente moderno. No lo conocían ni babilonios, ni chinos, ni egipcios, ni las civilizaciones mediterráneas, como griegos o romanos. Se dice que nació en India. Bajo ciertas condiciones, hace que otros números cambien su valor, pero el concepto de cero roza la metafísica, se trata de la nada misma. Y como asegura Scholze, no puede clasificarse como positivo o negativo. Esto también define muchos empates en cero en el fútbol, como el de ayer, por ejemplo. ¿Fue positivo para Atlético empatar de visitante? No se perdió, no se sufrió en defensa, no se recibieron goles y no se lamentan expulsados, o sea que puede decirse que sí. Sin embargo, no ganar en lo que va del torneo, quedar tan atrás en la tabla y no conseguir goles por cuarto partido consecutivo es claramente preocupante. Ahora, en fútbol, cuando el empate es cero a cero, y salvo raras excepciones, se habla de la nada misma.
Dice el multifacético autor hispano argentino Andrés Neuman que una novela requiere "estructura y detalles". Definición ideal para el fútbol, es que un equipo serio, o al menos con intenciones de ser un serio candidato a ganar algo importante, necesita una estructura sólida y detalles. Claro que estos últimos suelen ser los determinantes. Contar con una figura desequilibrante a la hora de armar el juego, un líder dentro y fuera de la cancha, un delantero decisivo y goleador, y hasta un arquero inaccesible hacen a la estructura. Pero los detalles tienen que ver con el gol. Con la manera de impedirlo en nuestro arco o de lograrlo en el de los rivales. Decir que el fútbol es caprichoso es una generalidad. Caprichosos son los goles. El juego es el argumento, pero el gol es el problema, el detalle crucial, la llave que abre una puerta colosal. Y Atlético se quedó sin gol tras la primera fecha.
Daniel Passarella comentó hace un par de décadas en un reportaje que "hay que saber leer el juego". Y el mundo del fútbol repite desde entonces eso de "leer el partido". Es que hay tantas horas de radio y televisión cubriendo el fútbol que se necesitaba un vocabulario más amplio, más letra, más soga de donde colgarse. Y así apareció la curiosa idea del "volumen de juego", un recurso como para expresar cierta solidez o eficacia. Un volumen que, por cierto, puede convertirse en vacío absoluto al minuto y medio. Bueno, tomándome de todo eso, en el primer tiempo los de Walter Otta no leyeron el partido y no tuvieron volumen de juego, en definitiva "jugaron fiero". Es probable que al entrenador "se le haya salido la cadena" en el vestuario (ahí tienen un par más de definiciones futboleras, aunque estas sean más de tribuna) y todo cambió en la segunda etapa. Para definirlo como espectador, sufrí los primeros cuarenta y cinco minutos y disfruté de los segundos. Pero sigo sin llegar al…clímax (casi pongo orgasmo. Bueno, no se lo tomen así, el propio Eduardo Galeano en su cuento "El gol", del libro El fútbol a sol y sombra, escribió que "el gol es el orgasmo del fútbol")
Ayer hubo señales positivas, el equipo demostró que si se decide puede tener juego asociado, generar situaciones para convertir y dominar a un rival sin hacernos sentir que va camino al suicidio, aunque le pasó en una oportunidad, y al corazón de Walter lo salvó la ineficacia del delantero de Santamarina. A propósito de Otta, por favor entrenador, no lo saque más al pibe Esquivel. Su atrevimiento, sus gambetas hacia adelante y su desenfado contagian al hincha y a sus compañeros. Y si puede, muéstreles a los muchachos un par de videos de Battistuta o de Palermo. Digo, me encantaría quedarme disfónico por volver a gritar un gol.

Lo más visto