No habrá otro igual

Por Jorge Ternengo. Ayrton Senna es considerado uno de los mejores pilotos de la historia de la Fórmula 1. El mundo actual lo conoce por sus duelos épicos con el francés Alain Prost, por sus adelantamientos al límite y desgraciadamente, por su muerte en el circuito de Imola de Italia.
El piloto brasileño nació en Sao Paulo, Brasil el 21 de marzo de 1960, siendo el segundo de un total de tres hermanos. Su padre, Milton da Silva fue quien le introdujo en el mundo del motor, construyéndole un kart casero que alcanzaba los 60 km/h. Ayrton se subió a este kart con 4 años, y dejó impresionados a las personas que estaban presentes viendo al pequeño comenzar la que sería una carrera deportiva plagada de éxitos.
Tras conseguir la victoria en el Campeonato Paulista de Karting y dos segundos puestos en el Campeonato del Mundo, Ayrton Senna viajó a Inglaterra en 1981 para comenzar su carrera en los monoplazas. Ese mismo año consiguió la victoria en la Fórmula Ford, y dos años más tarde, ganó la Fórmula 3 Británica, luchando hasta el final con el que también acabaría siendo piloto de Fórmula 1, Martin Brundle.
En 1984, Ayrton debuta en la Fórmula 1 en el Gran Premio de Brasil con el equipo Toleman. Una carrera más tarde, el joven piloto que ya asombraba al mundo con sus victorias en categorías inferiores, conseguía los primeros puntos de su carrera deportiva en la Fórmula 1.
Tras sus primeros puntos, los triunfos llegaron uno tras otro: en 1984 ficha por Lotus y consigue sus primeras victorias, demostrando al mundo su potencial. En 1988 se va a McLaren y consigue su primer título mundial, destacando sus luchas con Alain Prost. Finalmente, consigue dos títulos de campeón del mundo más, en 1990 y en 1991.
En 1994, tras dos años en McLaren, nada fáciles para el brasileño, Senna decide cambiar de equipo y se traslada a Williams. La temporada no comenzó bien para el tricampeón del mundo: dos abandonos en las dos primeras carreras hacían presagiar que esta tampoco sería una temporada fácil. Pero de nuevo, Senna sorprendió al mundo, y en la clasificación del Gran Premio de San Marino de 1994, se hizo con una fantástica pole position por delante de un joven Michael Schumacher.
Antes de la carrera, Ayrton se mostraba concentrado, algo frecuente en el piloto brasileño en los momentos anteriores a las carreras, pero además se podía ver al brasileño pensativo, tal vez por la muerte el día anterior del piloto Roland Ratzenberger, o por el fuerte accidente que sufrió el brasileño Rubens Barrichello en los entrenamientos. Incluso con estos accidentes anteriores, la carrera comenzó y el piloto brasileño conservó la primera plaza hasta la vuelta 5 en la curva Tamburello, donde Ayrton Senna impactó a más de 200 km/h contra el muro de hormigón y perdió la vida.
Pero todos sus logros no son suficientes para entender la diferencia entre Ayrton Senna y el resto de pilotos. El piloto brasileño tenía unas cualidades que muy pocos pilotos podían y pueden igualar: era insuperable a una vuelta, de hecho, hasta la llegada de Michael Schumacher, tenía el récord de poles positions, sus carreras en lluvia hacían levantarse a los espectadores de la silla, y sus duelos con Alain Prost se recuerdan como algunos de los mejores de la Fórmula 1.
Además de su carrera deportiva, Ayrton destacó por su lado más humano. Nunca se olvidó de la pobreza de su ciudad natal y puso de su parte para intentar acabar con ella.
Pero su recuerdo, sus carreras, y sus frases, siempre estarán presentes: "El segundo, es el primero de los perdedores".