La hoguera americana

Cual si fuera un incendio – de esos provocados en nuestro sur – ha comenzado a extenderse por América latina una corriente violentista que trata de hacerse del poder a toda costa y sin siquiera una “ideología” que la sustente.

Equivocadamente, a nuestro criterio, muchos medios de comunicación o comunicadores, siguen hablando de los anacronismos de “izquierda” o “derecha”. En el sentido de la política clásica, las derechas como se concebían, hoy no existen, y más bien, regímenes que nacieron directamente como comunistas (etiquetados como izquierda), hoy son regímenes de derecha en cuanto a su autoritarismo y características dictatoriales. China y Rusia son los más flagrantes ejemplos.

Asistimos directamente a confrontaciones de grupos de personas, y hasta grupo de países, que tratan de hacerse del poder y desde allí entronizarse en ese poder utilizando como vehículo el sistema democrático, y relegando a los partidos políticos a otorgar el aval legal a esos verdaderos “equipos” organizados y con una larga gimnasia en la politiquería.

El bastardeo a que han sido sometidos los partidos políticos en la Argentina, es la demostración más resonante de la existencia de esos grupos “cuasi delictivos” y por sobre todo anti-democráticos que operan a la sombra de nada más ni nada menos que la libertad de los ciudadanos.

El éxito (o no en algunos casos) de algunos países (Chile, Perú, Colombia) no ha sido óbice para que esos grupos de asalto al poder ejerzan su influencia, y por supuesto mutar de “gobierno de turno” (propio de la alternancia democrática) a “régimen imperante”. Venezuela, es el patético ejemplo de lo expresado.

Chile pasó de ser un ejemplo de libertad económica, social y política, por imperio de estos grupos – en este caso provenientes sí, en su mayoría del partido comunista – a convertirse en un gran foco de incendio (que ya lleva un año erosionando sus instituciones más sólidas) al que siguió Perú, Colombia, Ecuador y otros que están transitando en una verdadera cuerda floja.

La sistemática destrucción de las bases fundamentales de un estado moderno y con capacidad de adaptarse al mundo en que vivimos es el primer objetivo (sin plazos) para lograr la transformación de una Nación en una claque paupérrima  al ritmo que marca un “populismo” inconducente pero SI consciente y organizado para lograr el latrocinio que es obviamente su OBJETIVO…¡llenarse los bolsillos bah! (para varias generaciones o degeneraciones).

Analistas de estrategia política han denominado a esta metodología como “Modelo de revolución molecular disipada” que tiene su origen en un movimiento filosófico francés, la  Escuela de la deconstrucción, que preconiza simplemente – aquí sí – las nuevas formas de toma del poder por las “izquierdas” en el mundo. Pero reitero, no nos confundamos, difícilmente encontremos – sobre todo en nuestro País – “zurdos” con filosofía y vida cotidiana de izquierda, aquí simplemente hay bandas organizadas (muchas) disfrazados de políticos para saquear las arcas públicas. Que también hay “idiotas útiles” que lo hacen de buena fe, ocurre,…posiblemente…

Hoy, es Colombia la incendiada, literalmente incendiada. Cualquier error del gobierno de turno, es suficiente para echar un balde de nafta en las brasas de una población tensa, probablemente por la pandemia y sus efectos colaterales (no referidos a la salud de las personas). Los operadores e ideólogos del “estallido social”, son colombianos, pero aquí tampoco nos confundamos, el “foro de San Pablo”, y el castro-chavismo, con sus agentes son los primeros incendiarios. Aquí no importa nacionalidad, esos agentes ESTAN EN TODA AMERICA. El subterfugio de la “hermandad”, les ha abierto la puerta en todas partes. Los que operan en países con gobiernos no afines (Chile, Colombia, Perú, Ecuador y el gigante Brasil) son fundamentalmente operadores de calle. En países “amigos”, operan al calor y tolerancia de los gobiernos. ¿En qué grupo supone que estamos? Sea cual fuere, el resultado final al que se apunta es el mismo. Como siempre, en manos de los ciudadanos esta el futuro, no en manos de los políticos, hoy por hoy, pilotos mancos…