Repuestos automotor: falta de entrega y sin precios de referencia

Tal como lo señalamos ya con anterioridad, el pasado lunes 27 de junio, se conoció la resolución que tomó el Banco Central de la República Argentina donde determinó nuevos límites para el sistema de pagos del comercio exterior, para priorizar los dólares necesarios para la importación de energía y medicamentos. La decisión volvió más estrictos los cupos de las empresas del resto de los sectores para acceder a dólares en el mercado de cambios para el pago de importaciones. Esta medida generó una polémica interminable en distintos sectores de la economía debido a los impactos que esto podría llegar a tener en un futuro inmediato, aunque no tardó tanto para que la situación se vuelva insostenible ante la gran incertidumbre que se generó durante el fin de semana tras la renuncia del ex ministro de economía, ahora no solo golpean las restricciones, sino que también la falta de previsibilidad del dólar son un combo brutal para distintos sectores que necesitan de elementos o productos importados, ya sea para producir o comercializar.
Uno de los sectores que se encuentra en vilo ante esta situación son los repuesteros automotores, quienes a la fecha no cuentan con precios de referencia, sus proveedores congelaron sus planillas y los productos que ofrecen son con aumentos «estimados» que llegan a superar el 20%. Desde la Cámara de Repuesteros Automotor de Rafaela reconocen que la actual situación se está tornando acuciante y que desde que se dio a conocer la medida de mayores restricciones en las importaciones los proveedores no se encuentran entregando productos, pese a esto intentan seguir llevando adelante su actividad, aunque con una gran incertidumbre debido a que no saben lo que puede llegar a pasar con el dólar en los próximos días.
En diálogo con Diario CASTELLANOS, Horacio Maine, presidente de la Cámara de Repuesteros Automotores del Centro Comercial e Industrial de Rafaela y la región, brindó un pormenorizado panorama de la actual situación, y sin ir muy lejos reconoció claramente la necesidad de importar determinados productos que no se fabrican en el país o elementos necesarios para la fabricación de otros productos más elaborados, pero que con las nuevas limitaciones se determinó que las divisas necesarias para realizar estas compras se girarán a los 180 días de la nacionalización de la mercadería, lo que significa que desde que uno compra los insumos o el producto, hasta que llega al país y se transfiere el dinero transcurren aproximadamente 210 días, radicando ahí el principal problema ya que el importador se queda con una deuda en dólares por 6 meses. «Inmediatamente comienza uno de los grandes aspectos a rever y es a qué valor calcular el dólar para ese período, lo cual es imposible, no sabemos a cuánto estará el dólar mañana, imagínese a 180 días». Ante esta situación los proveedores desde la semana anterior ya cortaron la facturación,  no entregan productos, ya sean fabricantes o importadores. Todos tienen las planillas congeladas y no hay entrega de mercadería. 

Actualizaciones especulativas
En su caso en particular Maine reconoce que entiende la actual situación pero como mayorista intenta poder manejar la actual situación en base al stock que cuenta sobre todo por los clientes y una necesidad real de reparar un vehículo que tranquilamente puede ser una ambulancia, una grúa, un camión de bomberos o hasta uno de recolección de residuos. Aunque la gran pregunta que aparece en el medio es «¿cómo vendemos y a qué precio?». Sin pelos en la lengua reconoció que es imposible descifrar dicho costo. «La venta se está dando medianamente normal con algún ajuste que nos indican los distintos proveedores, en base a un estimado. El tema es que esa actualización que nosotros hacemos ahora, es especulativa y sin saber lo que puede llegar a ser en un período de tiempo, capaz recargamos un 10-20% pero en definitiva el aumento termina siendo del 50%. Entonces también te planteas que todo aquello que vendiste con ese primer porcentaje de aumento fue a pérdida. No sabemos a qué precio vender, los proveedores ya desde la semana pasada no nos entregan mercadería, si el proveedor entre esta semana tampoco no nos entrega mercadería y probablemente el lunes que viene sea otra la realidad, ya que a lo mejor no podamos seguir entregando mercadería debido a que obviamente necesitamos comprar, si no nos mandan la mercadería no vamos a tener siquiera qué vender, ese es el problema» reconoció el mayorista local. 
Así mismo enfatizó que en caso de que esta situación se mantenga durante toda la semana y se replique durante el inicio de la próxima ya será más de medio mes en esta situación de vender sin poder comprar con lo cual deberá tomar determinaciones al respecto también para cuidar su negocio y esto va a llegar con restricciones en las ventas o simplemente no vendiendo más.
«Sin precio y sin mercadería probablemente tenga que restringir bastante la venta o no vender más. Al día de hoy se está entregando en base al aumento que nos van indicando los proveedores. Ahora también debemos reconocer que el problema no es solo el dólar oficial, que puede ir aumentando, sino de los importadores y el desconocimiento de a cuánto va a estar este valor en el momento en el cual el banco entregue esos dólares». 
Según Maine una salida rápida puede llegar a ser bajar ese plazo de tiempo de 180 a 90 días, minimizando así los riesgos aunque tampoco es la solución que se espera. Así mismo tampoco se observa una voluntad política para poder llevar adelante esta acción o buscar alguna solución concreta.

La solución no es no vender
El gran problema es la incertidumbre, pero no por eso pueden quedarse de brazos cruzados esperando que esta situación se resuelva ya que al igual que todos a fin de mes se debe hacer frente a todos los gastos fijos, ya sean sueldos, leyes sociales, luz, teléfonos, los impuestos y demás, con esto es inevitable vender ya que es necesario hacer frente a todos estos compromisos, «aunque resignemos márgenes de rentabilidad, salgamos derecho o perdamos plata, el tema es que tenemos que vender igual ya que debemos pagar. En este lugar ahora tenemos que tener una bola de cristal y saber a cuánto estará el dólar lo cual es imposible. Con todo esto tenemos que vender para cubrir los gastos, pero prácticamente no nos conviene hacerlo, lo hacemos más por servicio, sin lugar a dudas que la venta de repuestos y autopartes no es de las actividades más esenciales, aunque cuando el vehículo no funciona sí se vuelve una gran necesidad de repararlo». 
«Van a ser dos semanas de que nuestros proveedores no nos mandan nada, no podemos comprar y estamos vendiendo, entonces necesitamos si o si que se destrabe todo este tema para poder reponer lo que ya vendimos, comprar y seguir vendiendo ya que sino nos vamos a quedar sin mercadería.  Todo es una incertidumbre total, realizar ventas hoy no sabes si vas a salir ganando, derecho o perdiendo dinero en el camino, nadie sabe. Entonces vender hoy es muy riesgoso, pero tenemos que vender ya que tenemos gastos que afrontar ahora». 
Para finalizar Maine reconoció que a futuro se abre otro gran problema y es que cuando toda esta situación se destrabe es que no se profundice la faltante de mercadería ya que en caso de que esto ocurra no se profundice el faltante de mercadería, ya que ahí no va a ser solo cuestión de precios, sino que directamente no va a haber productos.