«Hoy tenemos salarios que se ubican 15 por ciento por debajo de los niveles de 2015»

El ministro de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la provincia, Juan Manuel Pusineri, visitó los estudios de UNO Santa Fe y habló de la situación que vive la provincia respecto al empleo formal e informal. El funcionario aseguró que la provincia recuperó en un año todo lo que había perdido durante la pandemia y se mostró optimista de cara a 2022, aunque advirtió que la inflación es una amenaza para la generación de empleo formal y para el crecimiento de la actividad económica. También admitió que hay sectores en los que los salarios aún deben recuperar poder adquisitivo ya que hoy están 15 por ciento por debajo de los niveles que tenían en 2015.

—Ministro, ¿cómo estaba el empleo formal en la provincia en 2019 cuando nadie se imaginaba lo que se venía y qué pasó durante la pandemia?

—En 2019 entramos complicados a lo que después fue la situación de pandemia porque ya se registraban pérdidas de empleos formales en la provincia y en el país también. Con la declaración de la pandemia se aplicó como medida sanitaria la restricción de las actividades, a punto tal que el trabajo fue considerado un riesgo. Hubo normativas para que las ART tomen como enfermedad profesional al Covid, lo cual es una situación extraña dentro de lo que es el mundo de las coberturas de las Aseguradoras del Riesgo del Trabajo y de la legislación en la materia. De allí que en el mundo se hayan impuesto restricciones sanitarias que implicaban la imposibilidad de movilizarse y esa situación en la provincia de Santa Fe llevó a que hacia mediados de 2020 se perdieran alrededor de 40.000 empleos en total, de los cuales 20.000 eran empleos formales.

—¿En el universo del trabajo de la provincia, qué incidencia tiene ese número?

—Es un número importante. En ese momento el empleo formal estaba cerca de los 490.000 empleos formales en la provincia, mientras que contando el empleo en general hay que sumar un 40 por ciento más. Fue un impacto importante el de la pérdida, sobre todo de los empleos formales. Eso hubiese sido peor si no hubiesen existido mecanismos de contención como lo fue el ATP (Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción) y el Repro, que de alguna manera significaron que el Estado se haga cargo de parte de los salarios de los trabajadores privados. En Santa Fe, en mayo de 2020, se empezaron a instrumentar los protocolos sanitarios para la industria y luego para las actividades en general. Eso permitió poner un piso a partir del cual se empezó a registrar una recuperación del empleo formal y en general que se ve en las mediciones que siempre fueron positivas hasta llegar a la última que tenemos, tanto de empleo formal como en general, que es de diciembre de 2021 y que ya presenta una mejor situación que la de prepandemia. En la provincia de Santa Fe, tanto en empleo formal como en general, estamos mejor que en 2019 con tasas de desocupación, de acuerdo a la última medición del Indec, que se ubica en torno al 7 por ciento en la provincia, un 6,3 por ciento en el Gran Santa Fe. Tenemos que recorrer varios años hacia atrás para encontrar estos niveles.

Esto se produce centralmente como una consecuencia de otra mejora, que es la de la actividad económica. En un año recuperamos y mejoramos todo lo que se había perdido en un año de pandemia. Todo lo que perdimos en 2020, la Argentina lo recuperó en 2021, cuando las previsiones decían que se iba a tardar entre tres y cuatro años. En particular la provincia de Santa Fe tiene indicadores que están al tope de todo lo que se registró en la Argentina. Santa Fe tiene una diversidad productiva muy importante y el gobierno tiene un conjunto de acciones coordinadas con el gobierno nacional para el sector productivo que fue una impronta del gobernador que está muy atento a lo que pasa con la economía real. Eso hizo que existan un conjunto de programas que tienen que ver con el financiamiento, con el estímulo al sector privado, con programas de empleo y con tener tarifas razonables y no con aumentos que conocimos en otra época. Todo eso llevó a que los indicadores de finales de 2021 mostraran este cuadro de situación.

—Sin embargo, ministro, el 2022 comenzó con una inflación que parece haberse disparado y hubo un fuerte aumento de combustibles. También empezó a incidir en la economía nacional el conflicto bélico por la invasión de Rusia a Ucrania. ¿Este contexto complica las proyecciones de crecimiento? ¿Cuáles son las expectativas para este año?

—Hay que marcar una situación. De acuerdo a los estudios existentes y a la consulta que periódicamente hacemos desde el gobierno al sector empresario y productivo, el 2022 también va a ser un año de crecimiento. El cuánto se vaya a crecer va a estar determinado en gran parte por este contexto y particularmente el tema inflacionario es algo que preocupa y va a ser uno de los factores determinante en materia de inversión, empleo y de actividad. No obstante, creo que hay un espacio importante para seguir creciendo. En la provincia de Santa Fe hay espacio en la industria, en la construcción que está motorizada en gran parte por la obra pública puesta en marcha en la provincia. Creo que vamos a estar en un escenario de crecimiento y este factor de la inflación habrá que tenerlo en cuenta porque, a mí modo de ver, va a determinar el cuánto se va a crecer. Si se controla la inflación esto va a permitir algunas cuestiones que se presentan como virtuosas. En primer lugar, que el salario esté sobre el costo de vida, si se controla la inflación. En 2018 y 2019 el salario perdió muchos puntos frente a la inflación. En 2020 quedó uno o dos puntos por debajo y, en 2021, fue el primer año que en términos generales el salario se ubicó por encima de la inflación. El poder adquisitivo todavía tenemos niveles que se ubican en un 15 por ciento por debajo de lo que fue el salario de 2015, por lo que hay un espacio para recuperar salario y con eso mover otro factor importante de la economía como es el mercado interno y el consumo. Ahí hay un espacio para seguir creciendo. En cuanto a capacidad instalada de la industria y obra pública también tenemos un motor importante para seguir desarrollándonos. Si la Argentina logra controlar la inflación vamos a tener un 2022 muy bueno, como lo fue el 2021.

—¿Usted está viendo que se están tomando las medidas necesarias para controlar la inflación?

—Allí hay una apuesta que en la Argentina como medida transitoria ha funcionado y después se requieren otras cuestiones para hacerla perdurar en el tiempo. Todos los acuerdos que históricamente se celebraron entre empleadores y trabajadores, que se llama el acuerdo social para controlar la inflación, funciona. Durante ese tiempo se necesitan otras medidas para ir estabilizando la cuestión inflacionaria. Hoy está aceptado que la cuestión de la inflación tiene que ver con varias causas, no hay una única causa que la explique. En la medida que se trabaje durante ese período sobre esas causas y se empiece a notar un nivel de descenso de la inflación creo que estamos plantados en la Argentina y, particularmente, en la provincia de Santa Fe que va a ser de crecimiento en 2022.

—Usted habló de recuperar el poder adquisitivo y como ministro de Trabajo viene de cerrar la primera etapa de las paritarias de los trabajadores públicos de la provincia. ¿Se puede hablar de recuperación del poder adquisitivo en un contexto de inflación alta? ¿No se empieza a tensionar el acuerdo que se acaba de cerrar en la provincia?

—El año pasado con el mecanismo que logramos acordar con los gremios la paritaria ubicamos el salario público en la provincia de Santa Fe por lo menos un punto por encima de lo que fue la inflación. Este año pensamos hacerlo de la misma manera. Arrancamos con un 22 por ciento en marzo, que permite cubrir la inflación en ese período y en mayo le vamos a agregar otro 8 por ciento. Vamos a llegar a junio, mes que se liquida aguinaldo, con un 30 por ciento de incremento. El aumento semestral de costos para que supere el 30 por ciento debería estar por encima del 5 por ciento mensual. En la primera parte del año lo vamos a lograr y después tenemos otros aumentos y revisión en septiembre. Para ser claro en esto: nuestro objetivo es ir ajustando el salario a la inflación real, por eso está la revisión en septiembre. Pero también está claro que cualquier aumento nominal del salario si la inflación no se empieza a poner en niveles más bajos, no termina de redundar en el bolsillo. Funcionan las dos cosas, la paritaria y la cuestión del control de la inflación. Son las dos variables que permiten que el salario mejore. Con la paritaria sola tenemos un buen inicio, pero se necesita también lo otro.

—Hace más de un año se sancionó la ley de ART en la provincia, ¿eso incide en la toma de empleo por parte de los empresarios?

—La experiencia indica que el empleo funciona muy atado a cuestiones macroeconómicas. El principal factor de generación de empleo es que funcione la macroeconomía porque si eso sucede hay inversión, hay actividad, hay apuestas por desarrollar actividades productivas. Que funcione la macro es que funcione la economía real y que en tal caso la economía financiera sea un apoyo para la economía real. Ese es el factor central de generación de empleo. Después puede haber cuestiones que pueden tener una influencia lateral. La legislación laboral está permanentemente en revisión. Hay un discurso que tiene que ver con la necesidad de la reforma laboral y de la flexibilización y un conjunto de cuestiones que se plantean habitualmente en la Argentina y en el mundo. Hay mercados y trabajadores que necesitan una regulación especial como lo que hoy se ve que son los trabajadores de delivery. En la provincia de Santa Fe tenemos que hablar de 100.000 jóvenes que están desarrollando ese trabajo y no están regulados en la legislación existente e inclusive se los caracteriza como trabajadores que no tienen un empleador porque se ubican en ese trabajo a través de una aplicación. En el campo laboral hay permanentes reformas y miradas sobre lo que es la legislación. En lo que hace a la ley de riesgos, tener una instancia administrativa que le resuelva rápidamente al trabajador el reclamo y que no tenga que ir a un juicio es importante para el trabajador y porque evita litigiosidad e indirectamente puede tener una influencia para la generación de empleo. Pero el dato que se mira es que funcione la macro y que existan políticas que estimulen la economía real. En la provincia tenemos un esquema de financiamiento importante, programas para emprendedores, vinculación con la ciencia y la tecnología, programas para jóvenes trabajadores. Eso es lo que más impacta en la generación de empleo.

—Habló de reforma laboral, ¿usted cree que es necesario discutir ese tema en la Argentina?

—Habría que ver de qué se habla cuando se dice reforma laboral porque, en general, el título nos remite a una etapa de flexibilización que en la Argentina la conocimos en los 90 cuando se dieron las formas de contrataciones flexibles o contratos basura. En los 90 tuvimos una legislación flexible, pero los índices de desocupación llegaron al 20 por ciento en la Argentina. Por eso no hay que quedarnos con el título que nos remite a una situación que no solucionó el tema del empleo en la Argentina. Si reforma laboral es contemplar estas nuevas realidades, si se trata de tener algún esquema para trabajadores que hoy están precarizados y que no tienen siquiera las normas mínimas que hacen a su salud o a la contingencia frente a enfermedades o accidentes, sí podemos hablar de reforma laboral. Si podemos mirar la ley de contrato del trabajo y adaptar institutos que con el paso del tiempo requieren una nueva mirada, se puede hablar de introducir cambios a la reforma laboral. Pero en el titular que significa flexibilizar condiciones, está visto que eso en algún momento de la historia argentina no dio resultados.

—Los trabajadores tienen miedo de abrir la puerta de ese debate y que automáticamente se pierdan derechos.

—En parte pasa eso y tiene que ver con la resistencia lógica que tienen las entidades gremiales. La Argentina negoció con el Fondo Monetario Internacional un acuerdo que no incluyó una reforma laboral. En los 90 los acuerdos con el Fondo significaban también la introducción de la reforma laboral. Por eso digo que lo central para la generación de empleo es que funcione la macroeconomía, que pueda existir previsibilidad, que con el tiempo el empresario tiene reglas económicas que van a durar en el tiempo y que eso le permita tener en vista el futuro para la inversión que está haciendo. Y no hablo solo de grandes inversiones, sino también de quien va a poner una pizzería, quien va a poner un kiosco o un negocio de ropa. Son pequeñas inversiones que requieren ese marco de estabilidad. Por eso hoy la cuestión inflacionaria para este marco de previsibilidad es muy importante. Con niveles demasiado altos de inflación es muy difícil tener un esquema de previsibilidad y por eso hoy los esfuerzos están puestos en este sentido. En cuanto a la flexibilización hoy tenemos entre un 35 y un 40 por ciento de empleo informal, quieren normas más flexibles que esas. No existe la ley de contrato de trabajo durante la relación laboral no existe; no existe la ley de riesgos, no existe la jubilación, la obra social. Ahí tenemos un mercado sumamente flexibilizado y, como decía al inicio, tenemos salarios que perdieron el poder adquisitivo y salarios en dólares muy bajos. Hoy no tenemos un marco real que permita pensar que con cambios en la legislación se va a mejorar sustancialmente la situación. Hoy la mejora en el empleo y en los derechos tiene que ver con otras cuestiones. (Uno Santa Fe)