«Las cooperativas y mutuales están llamadas a cumplir un rol histórico»

En una reunión del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral de la Organización de los Estados Americanos (OEA), el presidente de la Confederación Argentina de Mutualidades (CAM), Alejandro Russo, presentó un coloquio basado en la necesidad de cuestionar los sistemas económicos que imperan a nivel mundial. «La ley de la oferta y la demanda nos ha llevado a diseñar modelos productivos sin tener en cuenta su impacto a nivel social, medioambiental y económico. Vender más es el concepto de éxito instalado, pero este modelo se está agotando». 
Frente a este panorama, Russo expuso las ventajas de los valores de trabajo de la Economía Social: «Las organizaciones del sector se basan en las personas y en sus necesidades, con mecanismos de decisión democráticos y participativos sin fines de lucro, que tienen una estructura definida y normada, lo que asegura la continuidad y el aporte del sector a la comunidad. Esa estructura se sostiene con modelos de gestión que permiten buscar el bienestar de las personas y sus comunidades».
«La conciencia colectiva actual acerca de la situación social y el estado del planeta invitan de manera insistente a las organizaciones a mirarse, evaluar sus valores y propósito inicial, para redefinirse en función de las necesidades que priman en la actualidad», continuó. 
El vicepresidente de la Asociación Internacional de la Mutualidad (AIM) detalló los rasgos del «rol histórico» que tienen en la actualidad las cooperativas y mutuales a nivel mundial: «Su papel está basado esencialmente en la autogestión democrática de la economía y en la posibilidad concreta basada en excelentes resultados, para organizar la producción, el consumo y generar multiplicidad de servicios, incorporando e integrando a todas aquellas personas que la concentración económica tiende a expulsar». 
El presidente de CAM continuó su reflexión sobre el lugar que ocupa el mutualismo, que «surge como una organización que invita a revisar convicciones profundas y definir acciones cuyo impacto refleje aquellos valores que son inclusivos y van más allá de los límites de la organización, para crear entornos favorables de desarrollo regional bajo principios de buena gobernanza, transparencia, ética empresarial y de consumo, respeto a los derechos humanos, equidad de género, sostenibilidad ambiental, responsabilidad social empresarial y generación de valor compartido».
Por último, Russo propuso una mirada optimista y propositiva en relación al futuro: «Tenemos la oportunidad de generar el cambio necesario impulsando una agenda activa que sensibilice y eduque, que aplique y demuestre las bondades del compromiso comunitario y colaborativo bajo el modelo de las nuevas economías. Para atravesar los momentos de cambio, tenemos que estar dispuestos a pensar distinto, a actuar de otra manera, a descubrir fortalezas y moldearlas, a desarrollar nuevas habilidades y potenciarlas», concluyó.