Con el cepo a la carne, la hacienda bajó hasta 15%, pero el consumidor pagó 18% más

Un informe de la Sociedad Rural Argentina (SRA) analiza el impacto que tuvo la intervención en el mercado de ganados y carnes durante el segundo trimestre y llegó a la conclusión de que fue una especie de perinola en la que "todos pierden".
Como primera medida, la SRA señaló que las restricciones a las exportaciones hicieron caer 45 por ciento las exportaciones en junio con respecto a mayo, y que eso significó 108 millones de dólares menos de ingresos.
En segundo lugar, la entidad remarcó que desde que comenzaron las primeras restricciones, en abril pasado, la hacienda para exportación cayó entre 5 y 15 por ciento, mientras que la destinada a consumo redujo su valor entre uno y tres por ciento. Es decir, todas las categorías perdieron en términos reales.
El tercer impacto fue un descenso del 11 por ciento en la actividad frigorífica: en el segundo trimestre se faenaron 370 mil cabezas menos que en el mismo período del año pasado, lo que derivó en que se produjeran 713 mil toneladas menos; es decir, una caída del 10 por ciento.
"La caída de precios llevó a postergar parte de las ventas, sobre todo de categoría vacas. Y los frigoríficos debieron operar con mayor capacidad ociosa, afectando su ritmo de actividad y empleo", remarcó la Rural.
Por último, como las regulaciones sumaron mayores limitantes para la eficiente integración de la res, la carne al consumidor aumentó 18 por ciento, en promedio, entre marzo y junio.
Este incremento supera al 11 por ciento que se encarecieron los alimentos y al 10,9 por ciento que acumuló la inflación. "La carne aumentó siete puntos porcentuales más de lo que subieron los alimentos en particular y la inflación general", remarcó la SRA.