Por la inflación de los insumos, el trigo también pierde poder adquisitivo

El trigo está como los salarios argentinos: corriendo por detrás de la inflación y perdiendo cada día más poder adquisitivo.
Así lo muestra un informe elaborado por la Bolsa de Cereales de Córdoba: la relación insumo-producto decayó 13,3 por ciento para el cereal, producto del fuerte aumento que tuvieron algunos insumos claves, como los fertilizantes, que no fueron acompañados por la revalorización de este grano.
Los proveedores de servicios incorporaron a sus equipos los instrumentos necesarios para la aplicación de fertilizantes con dosis variable georreferenciada (Inta Manfredi).
Según el reporte de la entidad bursátil, el trigo pasó en un año de 179 dólares por tonelada a 217 dólares (precio por la tonelada disponible en Rosario); es decir, un alza del 21 por ciento.
Sin embargo, los fertilizantes subieron mucho más: la urea 51 por ciento (de 365 a 550 dólares la tonelada), el fosfato monoamónico 71 por ciento (de 450 a 770) y el fosfato diamónico 67 por ciento (de 450 a 750). Asimismo, el glifosato se encareció 20 por ciento, de 330 dólares los 100 litros, a 396 dólares.
"Esta situación reviste de gran importancia cuando la siembra de trigo se encuentra en la etapa final en Argentina ya que los fosfatos y la urea son insumos claves para la sostenibilidad del sistema productivo y la calidad de la producción triguera", advirtió la Bolsa.
La consecuencia, por ejemplo, es que hoy un productor requiere 37,8 por ciento más de trigo que hace un año para comprar fosfato diamónico: en junio de 2020 necesitaba 25,2 quintales y ahora requiere de 34,6.
Algo similar ocurre con la urea: la relación pasó de 20,4 quintales a 25,4 quintales; es decir, un encarecimiento del 24,6 por ciento.
La buena noticia es que las semillas y los fletes se abarataron 17,3 por ciento y 13,5 por ciento, respectivamente; mientras que el gasoil también bajó un 2,3 por ciento en términos relativos, y el glifosato se mantuvo estable.
El problema es el peso que los fertilizantes tienen en la ecuación de costos del trigo: "Tanto la urea como el fosfato son los dos componentes más importantes dentro de los gastos para el cultivo", insistió la Bolsa.

Maíz y soja

La buena noticia para los productores es que muchos financian sus compras de insumos para el invierno con el saldo que quedó de los cultivos estivales. En ese sentido, la relación insumos-producto mejoró tanto para soja como para maíz.
En el caso del cereal, el precio actual está 63,6 por ciento más alto que el año pasado y eso derivó en una mejora del poder de compra promedio del 24,3 por ciento. Los insumos que más se abarataron respecto al valor del cereal fueron la semilla en un 40,4 por ciento, seguido por la atrazina en un 39 por ciento y el flete en 36 por ciento. Asimismo, el gasoil, el glifosato y la urea mejoraron su relación y se requiere menos de grano para su adquisición.
En cuanto a la soja, subió 46,8 por ciento en un año y, por ejemplo, mientras en junio de 2020 se requerían 14,9 quintales para adquirir 100 litros de glifosato, actualmente se necesitan 12,2 quintales; es decir, 18,3 por ciento menos.
De la misma forma, el costo relativo de los demás insumos también se abarató para la oleaginosa, siendo la semilla el caso más destacable, con una reducción del 32 por ciento; seguida por el flete, el gasoil y el glifosato, con una disminución del 29 por ciento, 20 por ciento y 18 por ciento, respectivamente.