El club sigue siendo la base

Ahora bien, sin perder de vista que aislar a cada ser humano del mundo durante un tiempo determinado (algo imposible de hacer, claro) sería la solución al problema, se puede preguntar ¿es bueno o malo para los jóvenes que los clubes no funcionen? Durante este tiempo hemos visto en el club cómo las niñas y niños han sido muy conscientes en la adecuación y aceptación de las medidas higiénicas y preventivas. Quitarles por completo la actividad física y el espacio lúdico parece ser una medida drástica, improductiva y perfectamente evitable. En estos tiempos, los clubes y polideportivos pueden reconfigurar su función social. Las secuelas de una infancia y adolescencia encorsetada son deudas del presente que se pagarán en el mañana.
En Estados Unidos, el comité asesor médico deportivo de la Federación Nacional de Asociaciones Estatales de Escuelas Secundarias presentó hace unos días una nueva revisión sobre el riesgo de Covid-19 durante los deportes, denominado "Revises Guidance on Covid-19 Transmission During High School Sports". Entre las conclusiones más salientes están: Los casos comprobados de transmisión directa del coronavirus en el entorno deportivo siguen siendo relativamente raros. La gran mayoría de la propagación de Covid-19 relacionada con los deportes no parece ocurrir durante la práctica del deporte en sí, sino vinculada al contacto social previo o posterior. Las diferencias en las tasas de incidencia entre deportes también son relativas, ya que un valor "4 veces mayor tasa de infección" para un deporte sobre el otro puede significar apenas 13 contagios por cada 100.000 días-jugador frente al valor mayor de 52 contagios por cada 100.000 días-jugador. Ambos números son ínfimos en comparación con las tasas de contagios en otros espacios recreativos o laborales, como asegura el doctor Juan Manuel Herbella.
La gran mayoría de los jóvenes que va regularmente a Atlético seguramente tienen un sueño en común: triunfar en el deporte que los apasiona. Y no estoy hablando exclusivamente de fútbol en el país del fútbol, pero sí de pelotas, de corridas, de tantos y de triunfos memorables. Cada uno de ellos sueña, también seguramente, con vestir la camiseta de su club. Algunos luego toman vuelo y trascienden el club, muchos salen en las noticias deportivas por sus logros individuales o grupales, pero todos, o al menos la gran mayoría, encuentran en Atlético un respaldo que los fortaleces como personas. Y esto es gracias al trabajo de mucha gente que cada día ofrece lo mejor de sí. Atlético enseña como club los códigos del deporte, que son los códigos de la vida misma.
Todos estos jóvenes que durante este tiempo, como ocurrió el año pasado, estuvieron hasta hoy fuera del club han sufrido por ello. Se entiende que estamos ante una situación dramática y hay que tomar decisiones. Pero después de un año y medio de sufrir este drama, es fundamental que quienes deben tomar medidas estén formados para hacerlo, sean responsables, inteligentes y coherentes. Que se analice cada caso por separado. Y que cuando se decide cerrar a un club, por ejemplo, expliquen por qué se hace y cómo se pueden atenuar sus consecuencias. Porque el club, para muchísima gente, fundamentalmente jóvenes, es fundamental. El club, Atlético en este caso, sigue siendo la base.