De arco a arco

El "Estadio único Madre de Ciudades" impresiona. Está ubicado en la ribera del río Dulce, sobre la recientemente inaugurada avenida Diego Maradona, entre el Boulevard Núñez Del Prado y el puente carretero, que une a las dos ciudades más importantes de la provincia, Santiago del Estero y La Banda. Tiene una capacidad de 30.000 espectadores sentados, posee 24 palcos vip, sector de prensa, 4 vestuarios, estacionamiento interno para 400 vehículos en el subsuelo y 2.000 más en estacionamientos externos, un museo interactivo, un bar restaurante y un sistema de iluminación de nivel mundialista. Fue licitado en 2018 con un presupuesto inicial de 980 millones de pesos que luego se amplió con 500 millones más para cumplir las exigencias de FIFA. Es una maravilla de la que los amantes del fútbol y los argentinos de bien nos enorgulleceríamos si no fuera que Santiago del Estero es la segunda provincia más pobre de Argentina, el 40% no cuenta con agua potable, el 80% no tiene cloacas, sufre los sueldos públicos más bajos y es la que posee menos desarrollo humano. Pero además, se trata de un lugar del país que no tiene una cultura futbolera muy fuerte, más allá del crecimiento de Central Córdoba, Mitre y Güemes, clubes con un fuerte lazo político en la AFA. En medio de una pandemia que descubre nuestras falencias, donde faltan hospitales, ahora tenemos un fantástico estadio. Así somos.
César Luis Menotti suele entregar frases de colección. Como aquella en la que asegura que "el esfuerzo emociona, pero el talento sensibiliza". Cuando se habla de fútbol, a esta frase se le pueden poner nombres propios. Para la primera parte, hay que nombrar a todos los futbolistas de Atlético, los que iniciaron el partido y los que ingresaron luego. Mostraron actitud para defenderse sin apelar al golpe ni a la trampa ante un rival que se presentaba siendo local y disfrutando de la punta de la zona y por ende, siendo superior en el análisis previo. El equipo de Otta funcionó como tal y si bien pasó por momentos de zozobra, nunca fue avasallado por su rival.
Para la segunda parte de la frase hay un par de nombres que se destacan, y ambos tienen que ver con la experiencia y la capacidad. La aptitud de Guillermo Sara fue clave para soportar cada llegada de un conjunto rival que presentó muy buenas armas a la hora de enfrentarlo. Que Güemes no haya llegado al gol cuando dispuso de situaciones claras fue, además de algunas impericias de sus delanteros, fundamentalmente por contenciones que destacan al Melli como lo que es, un arquero de Primera. Aseguró el cero en su arco y le bajó dramáticamente el optimismo al rival. En el otro extremo de la cancha, la aptitud de Claudio Bieler fue también determinante. Sin disponer de posibilidades, mal asistido y bien marcado durante la mayor parte del partido, puso un pase con el sello de Messi para la definición del primer gol. No fue una asistencia, fue una maravilla. Y verlo mientras Giménez convertía, haciendo el gesto que él hubiese hecho para lograr el gol, deja en claro su espíritu. Después convirtió de penal, pero para alguien de su categoría se trató sólo de un trámite.
Cuando un equipo funciona como tal asimilando el rol que le toca en el partido, nadie se sale del libreto y se vale del brillo de dos figuras como Sara y Bieler para tomar brillo propio y no sólo ganar, sino mostrarse como grandes en busca de protagonismo, entonces dan la posibilidad a los hinchas de ilusionarse. Eso consiguió Atlético anoche, en el brillante Madre de Ciudades.