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En el compromiso de proteger el ambiente, ciudad y campo deberían actuar juntos

Agro 18/04/2021 Redacción web Redacción web
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Por: Ing. Agr. Ms. Sc. June A. Thomas – Grupo Gama. Sociedad Rural de Rafaela. Hasta el momento, en la ciudad de Rafaela, sus ciudadanos (Políticos, Productores, Técnicos, Vecinos) se han manifestado en torno a un importante tema, que es la Contaminación Ambiental, pero solo aquella que consideran procedente del medio rural.

Sin embargo, en los estudios sobre impacto ambiental se analizan los principales factores de contaminación, y surge la urbanización como un importante tema a resolver. Por ejemplo: La actividad industrial, el uso excesivo de vehículos a gasolina o diésel, las emisiones de gases, producción y uso indiscriminado del plástico, gran producción de residuos no biodegradables, el crecimiento demográfico y el avance no planificado de la urbanización sobre los espacios verdes. La actividad cotidiana, sea en los hogares o en los lugares de trabajo, también impacta en la contaminación atmosférica. El uso de aerosoles, gases para refrigeración, esmaltes y otros solventes son algunos de los productos más contaminantes.

Considerando la sostenibilidad ambiental de la ciudad, debe analizarse tanto lo que la ciudad demanda de la región (agua, energía, alimentos y una amplia diversidad de materiales y servicios ambientales), como los que la ciudad emite hacia la región (como las descargas de aguas residuales, residuos sólidos, contaminación del aire). De esta manera, ante el agravamiento de los problemas ambientales locales y globales, el grado de sostenibilidad de la ciudad dependerá cada vez más de su entorno rural.

El deterioro del ambiente, debido al proceso de urbanización, implica el replanteamiento de las relaciones entre el campo y la ciudad. No hay que olvidar que la ciudad es el principal emisor de gases de efecto invernadero. El área verde, los árboles y demás plantas, tienen la función de purificar el aire, por lo que la falta de un entorno rural conlleva a mayor contaminación del aire y la aparición de diversas enfermedades respiratorias.

Los centros urbanos son los mayores consumidores energéticos en el mundo de hoy. Por lo que se requiere una utilización energética eficaz y el desarrollo de fuentes energéticas renovables (solar, hidroeléctrica, eólica y biomasa). Es preciso analizar las relaciones campo-ciudad, en relación a las energías renovables, particularmente la generación de biocombustibles, desde el medio rural. Los Biocombustibles son obtenidos a partir de biomasa vegetal. Para su obtención, pueden utilizarse especies de uso agrícola, tales como el maíz o plantas oleaginosas como la soja, el girasol, entre otras.

En definitiva, numerosos investigadores coinciden en que para que las ciudades sean sostenibles se debe reorganizar su funcionamiento reconociendo la estrecha relación que en el tema ambiental existe entre ciudad y campo: no se puede pensar en la ciudad sin analizar su impacto ambiental sobre el territorio, sobre las tierras agrícolas productivas que rodean la ciudad y áreas naturales, así como la contaminación de los cuerpos de aguas y la contaminación atmosférica.

La sostenibilidad implica la gestión integrada del territorio, y no continuar con el concepto de división de lo rural y lo urbano. Este enfoque ayudara a frenar el acelerado calentamiento global y reducir los efectos adversos del cambio climático.

El crecimiento de la zona urbana sobre las áreas rurales, se da normalmente en forma no planificada y dispersa. Desde el punto de vista de la sostenibilidad ambiental de la ciudad y de la región, se necesita planificar la expansión de la ciudad sobre la zona rural.

Los nuevos asentamientos urbanos dispersos aceleran el deterioro ambiental, producen mayores contaminantes a la atmósfera, al suelo y a los cuerpos de agua, a la vez que propician nuevas urbanizaciones, modificando los usos del suelo con aptitud agropecuaria y forestal hacia usos urbanos, con la consecuente afectación de la sustentabilidad ambiental de los ambientes urbanos y rurales.

“En estos medios periurbanos”, la competencia por el espacio y el conflicto de usos se generaliza debido al gran consumo de espacio que directa o indirectamente hace la ciudad, pero es necesario que se planifique, considerando que la sostenibilidad ambiental de la zona urbana depende fundamentalmente de las funciones ambientales del territorio rural que la circunda.

Un plan de expansión de la ciudad de Rafaela, considerando este enfoque de gestión integrada del territorio, y el adoptar medidas que permitan mitigar el cambio climático y sus consecuencias, incluye considerar las cortinas forestales. Mejoran la calidad de vida y el bienestar de las personas, disminuyen el efecto de los vientos, y el barrido de los suelos. Reducen la contaminación del aire en zonas urbanas, por la fijación de carbono y liberación de oxígeno. Regulan la temperatura, proporcionan sombra y refrescan el ambiente. También impactan en la economía del agua, ya que las raíces de los árboles exploran el interior de suelo, llegando en casos hasta las napas freáticas, tomando el agua y luego liberando a la atmósfera a través de la evapotranspiración, este efecto permite que sean bombas naturales que incrementan localmente la humedad y facilita la formación de nubes. Al aumentar la evapotranspiración disminuye la acumulación de agua en las napas y minimiza el efecto de anegamiento. Atenúan el efecto de las lluvias, disminuyendo la velocidad de escurrimiento y la erosión por el efecto de fijación de suelos por sus raíces. Permiten mantener e incrementar la biodiversidad.

La implantación de barreras forestales debería ser un objetivo de todos, población urbana y periurbana. Requieren mucho cuidado: podas, control de malezas y plagas en general, riego, etc. En este enfoque de trabajar juntos para la sustentabilidad ambiental urbana y rural, es sin duda un primer gran objetivo.

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