Generadores de alegría

Porque regresar en este tiempo de torneos condicionados por la pandemia y por la flaqueza imaginativa de los dirigentes nos podría poner en un plano no tan desigual con los poderosos de segunda línea de la elite. Y, fundamentalmente, porque este equipo de jugadores y conductores definitivamente se lo merecía, por haberse convertido en protagonistas y candidatos cuando ninguno de nosotros creíamos en ellos. Pero se trata de fútbol, un juego que suele ser injusto en partidos o definiciones, pero que inevitablemente cambia esto cuando se trata de un torneo. Y no se puede pretender un ascenso o un título cuando se flaquea al final. Y al equipo de Otra le ocurrió justo eso.
La segunda sensación es de satisfacción. Porque después de tanto tiempo de anemia de resultados y decepciones de juego, con un rumbo errático y sin convicciones ni dentro ni fuera de la cancha, claramente se reencontró la huella. Sin tantos "refuerzos" de esos que solo sirven para vaciar los bolsillos del club y las ilusiones del hincha, con la recuperación de "veteranos ilustres" y, fundamentalmente, con la apuesta a pibes del club que se fortalecieron, sumaron experiencia y ya están listos para el nuevo torneo. Y porque recuperaron esa sensación que los hinchas y simpatizantes extrañábamos: ser protagonistas y no meros participantes. Este equipo tuvo una línea de juego, la respetó hasta el último minuto en la derrota frente a Platense, y se fue con la frente en alto.
Cuando termina una temporada lo mejor es dejar pasar un corto lapso de tiempo para no dejarse condicionar por las emociones, y analizar absolutamente todo. La dirigencia tiene que tener la claridad conceptual para hacerlo y la grandeza de aceptar sus errores, ponerlos sobre la mesa, y ver como obrar en adelante para no repetirlos. Porque seguramente los hubo, de otro modo hoy estaríamos en Primera. Pero haber acordado con Walter Otta su continuidad y ya estar iniciando la pretemporada este lunes, marca un primer acierto, al menos desde mi opinión. Este cuerpo técnico ya conoce los pasillos del Monumental y tiene el perfil necesario para este momento del club. Parece haber quedado una base de plantel que da margen para la ilusión, aunque el sufrido futbol argentino, y fundamentalmente el ascenso, nunca tiene claro cuál es realmente el torneo que viene. Y algo similar se puede agregar sobre la continuidad de Sara y Bieler, piezas claves dentro de la cancha y del vestuario.
Detrás de las declaraciones del presidente Silvio Fontanini a este Diario, "Es orgullo lo que sentimos por todo lo que dieron, por todo lo que hicieron. Este plantel ha demostrado en este mini torneo que estaba a la altura de las circunstancias", se encolumnan otras tantas de los jugadores. Y todas ellas mencionan las palabras base, ilusión, grupo, futuro. Esto es fútbol, y encima profesional, entonces es imposible que cualquier proceso no se vea afectado por el exitismo cuando se lo analiza. Pero hay algo claro, este equipo nos devolvió las ganas de mirar futbol por televisión en tiempos de estadios cerrados. Nos restituyó la felicidad de ver el nombre de Atlético en la parte superior de las tablas y recuperar el reconocimiento de todos los analistas y seguidores. En definitiva, nos potenció el orgullo de ser hincha de Atlético y la felicidad de poder disfrutar de este tiempo tan distinto a aquel donde la realidad era nuestra Liga. Por todo ello, nuestros generadores de alegría se merecen que esta vez creamos de verdad en ellos.